"Libero a mis padres del sentimiento de que me han fallado.
Libero a mis hijos de la necesidad de darme orgullo; para que escriban sus propios caminos de acuerdo con sus corazones que susurran todo el tiempo en sus oídos.
Libero a mi compañero de la obligación de completarme. No me falta nada, aprendo de todos los seres, todo el tiempo.
Agradezco a mis abuelos y antepasados que se han reunido para que pueda respirar vida hoy. Los libero de los fracasos del pasado y de los deseos incumplidos, conscientes de que han hecho todo lo posible para resolver sus situaciones dentro de la conciencia que tenían en ese momento. Te honro, te amo y te reconozco como inocente.
Me desvisto ante tus ojos, para que sepas que no me escondo ni debo nada más que ser sincero conmigo mismo y con mi propia existencia, que caminando con la sabiduría del corazón, soy consciente de que cumplo con mi proyecto de vida, libre de las lealtades familiares invisibles y visibles que pueden perturbar mi Paz y Felicidad, que son mis únicas responsabilidades.
Renuncio al rol de salvador, de ser uno que une o cumple las expectativas de los demás.
Aprendiendo solo a través del amor, bendigo mi esencia, mi forma de expresarme, aunque alguien no me entienda.
Me entiendo, porque yo solo he vivido y experimentado mi historia; porque me conozco a mí mismo, sé quién soy, lo que siento, lo que hago y por qué lo hago.
Yo me respeto y me apruebo.
Honro a la Divinidad en mí y en ti ...
Somos libres."
(Esta antigua bendición fue creada en el idioma náhuatl, hablado en México)
Libero a mis hijos de la necesidad de darme orgullo; para que escriban sus propios caminos de acuerdo con sus corazones que susurran todo el tiempo en sus oídos.
Libero a mi compañero de la obligación de completarme. No me falta nada, aprendo de todos los seres, todo el tiempo.
Agradezco a mis abuelos y antepasados que se han reunido para que pueda respirar vida hoy. Los libero de los fracasos del pasado y de los deseos incumplidos, conscientes de que han hecho todo lo posible para resolver sus situaciones dentro de la conciencia que tenían en ese momento. Te honro, te amo y te reconozco como inocente.
Me desvisto ante tus ojos, para que sepas que no me escondo ni debo nada más que ser sincero conmigo mismo y con mi propia existencia, que caminando con la sabiduría del corazón, soy consciente de que cumplo con mi proyecto de vida, libre de las lealtades familiares invisibles y visibles que pueden perturbar mi Paz y Felicidad, que son mis únicas responsabilidades.
Renuncio al rol de salvador, de ser uno que une o cumple las expectativas de los demás.
Aprendiendo solo a través del amor, bendigo mi esencia, mi forma de expresarme, aunque alguien no me entienda.
Me entiendo, porque yo solo he vivido y experimentado mi historia; porque me conozco a mí mismo, sé quién soy, lo que siento, lo que hago y por qué lo hago.
Yo me respeto y me apruebo.
Honro a la Divinidad en mí y en ti ...
Somos libres."
(Esta antigua bendición fue creada en el idioma náhuatl, hablado en México)