De niños creemos que mamá todo lo puede, que no siente cansancio, que no sufre... esa imagen que guardamos de ella con el tiempo no coincide con la que vemos cuando pasan los años... Entonces descubrimos que mamá también sufre, se cansa, está triste, no tiene fuerza, calla ocultando el dolor... La vemos como un héroe sobrevivir a grandes tragedias, llevarnos de la mano conteniéndonos y mostrándonos la vida siempre del lado más bello... De niños no entendemos sus lágrimas... de adultos nos preocupan... o no las comprendemos... Así como nosotros necesitamos tantas veces de la protección de esos brazos fuertes, de la comprensión de nuestros gestos o de nuestros silencios, de nuestro dolor... ella también nos necesita... Por eso debemos detenernos y observarla... abrazarla y hacer que sienta que estamos allí... que nos importa, que es valiosa... y de esta forma regresaremos a ella el más hermoso sentimiento que nos enseñó, el sentimiento que lleva paz y tranquilidad en los momentos difíciles de la vida, el que nos contiene, el que minimiza el dolor, el que nos hace luchar por nuestros sueños e ideales... pero por sobre todo nos enseña a dar sin pedir nada a cambio: El Amor.
Reflexión: Graciela Heger
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Perder cosas importantes en la vida es díficil y lamentable más perder el Alma es haberlo perdido todo.
Saturday, November 30, 2013
Amor de madre
Ánimo en las manos de dios
Aunque me tapo los oídos con la almohada y gruño de rabia cuando suena el despertador... gracias a Dios que puedo oír...Hay muchos que son sordos. Aunque cierro los ojos cuando, al despertar, el sol se mete en mi habitación... gracias a Dios que puedo ver... Hay muchos que son ciegos. Aunque me pesa levantarme y pararme de la cama... gracias a Dios que tengo fuerzas para hacerlo... Hay muchos postrados que no pueden. Aunque regaño porque no encuentro mis cosas porque los niños hicieron un desorden... gracias a Dios que tengo familia... Hay muchos solitarios. Aunque la comida no estuvo buena y el desayuno fue peor... gracias a Dios que tengo alimentos... Hay muchos con hambre. Aunque mi trabajo es monótono y rutinario... gracias a Dios que tengo ocupación... Hay muchos desempleados. Aunque no estoy conforme con la vida, peleo conmigo mismo y tengo muchos motivos para quejarme... gracias a Dios por la vida. |
Habrás amado realmente
Por qué será que muchas veces decimos que amamos con locura, y no sabemos cómo es amar realmente, también decimos que el amor que sentimos es realmente inmenso y que no podríamos vivir sin él, si después de todo vivimos gracias al amor o mejor dicho llegamos al mundo por medio de él y nos despedimos del mismo con los recuerdos, las frustraciones, las alegrías, los momentos buenos y los malos porque la vida que tenemos está compuesta por momentos, hay momentos que no se olvidan como por ejemplo la primera palabra que pronunciamos, los primeros pasos la primera vez que entramos a un colegio, conocer a un amigo, quién se olvidaría de su primer beso o quién se olvidaría de su primera novia, su primer “te quiero”, “te amo”, estos son los momentos que jamás olvidaremos, los momentos buenos.
Pero están los momentos malos, aquellos que nos lastimaron, nos hirieron nuestro corazón, a quién no le dolería perder a un ser querido, quién no estaría mal por la separación de sus padres; la traición, el engaño, la mentira de la persona que amamos, a quién no le dolería perder ala persona que sentía que la amaba realmente.
A veces pensamos que lo que sentimos es amor puro, pero cometemos el error de no saber amar, porque amar es mutuo, es emprender un camino junto a ella, es tirar de la soga de la vida los dos para el mismo lado, es soñar que lo imposible al lado de la persona que amamos es fácil, es volar por los cielos cuando nos da un beso, es sentir que tienes al mundo en tus manos cuando la abrazas, es sentirte la persona más feliz cuando le robas una sonrisa, es mirarla a los ojos y sentir que con su mirada dice millones de palabras, es acariciarla y sentir que su piel es como un imán que atrae tu piel, sentir que te da energía para dar cada paso, es sentir que la pasión al amarla es similar a la de un eclipse, es despertar cada día y sentir que explota tu corazón al verla o al recordarla, es extrañarla como extraña el sol a la luna, es querer darle al mundo entero sin importarte lo que tengas que hacer para lograrlo, es dormir y soñarla toda la noche, es sentir que es un Ángel que bajó a la Tierra para darnos la fuerza suficiente que hace falta para superar todos los obstáculos que se nos presentarán en la vida, es imaginar que moriremos después de darle un beso y escuchar de sus labios un último “Te amo”.
Todos somos seres humanos y cometemos errores, pero a pesar del error cometido lo importante es saber reconocerlo y tratar de no equivocarnos más para poder crecer en la vida y no volver a lastimar a nadie, porque cuando cometemos errores nos lastimamos y lastimamos a las personas que confiaron en nosotros y que nos dieron todo su amor, lo más importante de esto es tratar de hacer feliz a la persona que amamos, si es que la tenemos a nuestro lado.
En el amor, el más mínimo error o la más mínima mentira es una gran herida para la persona que nos ama, muchas personas son felices al traicionar a su pareja, es como que se sienten más importantes, pero no se imaginan que en algún momento de sus vidas van a amar con locura, y no saben lo doloroso que es ser traicionado por la persona que nos ama, por eso mismo, nunca hagas lo que no te gusta que te hagan.
Otras veces por tratar de hacer feliz a la persona que amamos nos olvidamos de ser felices nosotros mismos, nos preocupamos porque no les falte nada, hacemos lo imposible para brindarles todo nuestro amor, pero a pesar de todo eso seguimos pensando cómo hacer para que cada día nuestro amor sea cada vez más nuestro.
Pensamos que dándole todo jamás nos van a abandonar, que su amor será inmortal, pero no nos damos cuenta que si la persona que está a nuestro lado no siente lo mismo que nosotros por más que hagamos lo imposible será todo en vano, amar se ama de una sola manera la que sentimos todos, si es que alguna vez amaron.
Será que por sentirnos solos, cuando la soledad nos asfixia, cuando los recuerdos nos producen una gran herida en nuestro corazón de esas que son difíciles de cicatrizar, buscamos en cualquier persona la compañía, el afecto o el cariño que supuestamente curará nuestras heridas, pero sin embargo nos volvemos a equivocar, porque nos terminamos enamorando de la primer persona que nos demuestra un poquito de cariño y en vez de curar nuestras heridas las agrandamos más, porque seguramente cuando la llegamos a conocer un poquito a esa persona nos daremos cuenta que no es la correcta porque no podemos obligar a nadie a que nos ame.
Otro gran error es buscar lo que no se busca, es inventar lo que no existe, es imaginar lo que jamás soñamos; el amor no se busca, no se inventa, no se imagina, el verdadero amor es aquel que llega cuando menos lo esperamos, en el lugar menos pensado.
Será que tenemos que pasar por todas estas etapas de la vida que nos hacen sufrir tanto, para que cuando llegue el verdadero amor después de tantos desencuentros podamos darle lo mejor de nosotros, olvidarnos los malos momentos vividos y por fin de una vez por todas lograr ser felices, sentirnos realmente amados y que de las heridas solo queden las cicatrices, que el pasado sea pasado y que el futuro lo transitemos con la plena certeza de que vamos a estar unidos, que vamos a caminar abrazados bajo la lluvia junto a ella o a él, por el mismo camino, aquel que buscamos tanto tiempo y que nos costó tanto.
Si has amado realmente y esa persona no se encuentra a tu lado es porque no era ella tu verdadero amor, y si todavía no has amado, has de cuenta que todavía no has empezado a vivir, porque los sentimientos que guarda el amor no se comparan con ningún otro.
Amarás y serás amado, querrás y serás querido, sufrirás pero con un motivo, vivirás y serás vivido, olvidarás y serás olvidado, pero nunca dejes de lado la oportunidad de ser realmente amado.
A cierta edad
Dicen que a cierta edad las personas nos hacemos invisibles, que nuestro protagonismo en la escena de la vida declina y que nos volvemos inexistentes para un mundo en el que sólo cabe el ímpetu de los años muy jóvenes, las figuras delgadas y espectaculares... Yo no sé si me habré vuelto invisible para el mundo... Es muy probable, pero nunca fui tan consciente de mi existencia como ahora, nunca me sentí tan protagonista de mi vida, y nunca disfruté tanto de cada momento de mi existencia. Descubrí que no soy un príncipe de cuento de hadas. (¡¡Por suerte!! debe ser muy aburrido) Descubrí al ser humano que sencillamente soy, con sus miserias y sus grandezas. Descubrí que puedo permitirme el lujo de no ser perfecto, de estar lleno de defectos, de tener debilidades, de equivocarme, de hacer cosas indebidas, de no responder a las expectativas de los demás. Y a pesar de ello.... ¡quererme mucho! Cuando me miro al espejo ya no busco al que fui... Sonrío al que soy... Celebro la posibilidad de elegir, a cada instante quien quiero SER, me alegro del camino andado, de la experiencia que me dieron estos años. Asumo mis contradicciones. Valoro lo recorrido. Tan mal no me fue... ¡Estoy acá! ¡Qué bien vivir sin la obsesión de la perfección! Después de todo cuando decidí, que no quería la perfección, comencé a accionar y a alcanzar objetivos, como bajar esos casi 45 kilos que tanto pesaban en mi vida! ¡Qué bien no sentir ese desasosiego permanente que produce correr permanentemente buscando que todos te quieran! ¡¡¡Qué bueno está empezar a quererse y respetarse uno!!! ¡Qué maravilloso reconocer que la felicidad está tan cerca nuestro, tan relacionada con nuestras búsquedas y nuestros mágicos encuentros interiores! ¡Qué suerte haber comprendido que la magia y el poder no están en el afuera, sino en mí! |
Ser un mismo
Se cruzaron un día y se enamoraron a simple vista. El tigre la miró embelesado pues era una cabra realmente hermosa. Ella hizo como que bajaba la mirada.
Cada uno vio una hermosa luz en los ojos del otro. El tigre dijo:- “Hola, ¿como te va?”. – “Muy bien”, contestó ella, que a su vez preguntó en forma aparentemente inocente: – “¿Tu quién eres?”, mientras le corría una chispeante sensación por la columna vertebral al estar tan cerca de tan hermoso ejemplar de tigre.
El tigre dio un paso atrás pensativo y empezó a balbucear: -”YO soy…, yo soy….” y mientras decía esto, el tigre, que sabía que las cabras desconfiaban mucho de los de su especie, pensó en una mentirita piadosa y dijo con firmeza: – “Yo soy un gato”.
Entonces la Cabra pensó que al Tigre no le iba a gustar mucho estar ante una cabra y antes que éste preguntase, dijo rápidamente: – Yo soy un perro.
Y de este modo un tigre que se hacía el gato, y una cabra que trataba de pasar por perro se encontraron por primera vez. Pasaron los meses y el amor iba en aumento, hasta que llegó el día que se dijeron casi al mismo tiempo.
- Ya no puedo vivir sin ti, quiero compartir mi vida contigo, quiero que vivamos juntos. Y el tigre y la cabra se fueron a vivir juntos. Era casi cómico verlos en su nuevo hogar. El tigre haciendo de gato y tratando de comer las verduras y las papillas que tanto le gustaban a la cabra.
Cada tanto el Tigre miraba la vida que llevaban los otros tigres, se ponía un poco triste y se decía: – Tengo que lograr ser un gato, es más soy un gato al que le gusta comer verduras y papillas, y quedarse en su hogar. Incluso llegó a poner cartelitos por todos lados que decían “recuerda que eres un gato”.
La Cabra, por su parte, y desde el profundo amor que tenía, trataba de ser un fiel perro guardián del hogar. Pero era inevitable: a ella le gustaba el sabor de lo lejano. Siempre la siguiente colina parecía tener el prado más verde y hacia ahí quería ella salir corriendo, aunque no lo hacía.
Se quedaba en el hogar entristecida cada vez más mientras esperaba a que el Tigre volviese.
Un día, como tantos otros, el Tigre se había tirado, como un minino, delante del hogar de leña y recordaba la selva, con todos sus peligros. Recordaba su vida llena de momentos de entusiasmo súbito, visiones instantáneas, planes gigantescos y estrategias inteligentes donde él se lucía con todo su porte. Fue entonces que recordando una de sus tantas aventuras se le escapó un suspiro.
En ese momento la cabra lo escuchó, y le preguntó qué le pasaba. El habló vagamente de la selva y de las bellezas que contenía, y al ver que la cabra escuchaba atentamente, el tigre terminó afirmando que la selva era el mejor lugar para que los gatos y los perros fuesen a buscar diversiones.
No le fue difícil convencer a la cabra, que le gustaba todo lo novedoso, para que lo acompañara a la selva. Pero todo fue un desastre. No bien entraron en la espesura, aparecieron los primeros peligros y mientras el Tigre se relamía pensando que por fin empezaba un poco de acción para desentumecer sus músculos, la cabra se asustó tanto que salió corriendo hacía la primer colina que vio.
Allí se quedó escondida detrás de un pequeño arbusto, hasta que el Tigre la encontró temblando y la llevó al hogar.
Siguió pasando el tiempo y la añoranza y la tristeza que iban penetrando profundamente en el interior del tigre sólo era comparable a lo que le sucedía a la cabra.
Ella seguía quedándose en la casa esperando que su majestad volviese, mientras refrenaba sus impulsos naturales de salir corriendo detrás de cualquier cosa que llamase su atención. Su innata curiosidad no sólo estaba presente, sino que aumentaba constantemente. Ella también suspiraba por lo que no tenía.
Le hubiese encantado salir corriendo hacía el prado y charlar con otros animales, pero no lo hacía pues sabía que esto sacaba de sus cabales al celoso Tigre, que veía por todos lados a galanes pretendiendo a su cabra.
No era difícil imaginar el futuro de la relación: El tigre, luego de haber tratado de vivir su día como un gato, volvía de noche cansado y de mal humor, y se encontraba con la cabra, que había estado encerrada todo el día, tratando de vivir como un perro y con un humor tan malo como el del Tigre.
Alcanzaba un pequeño gruñido del tigre para que la cabra se pusiese loca. Alcanzaba algún pequeño desliz de la cabra para que el tigre rugiese.
Así pasaron los años……
La cabra se recriminaba: – He tratado de ser todo un perro para agradarlo, pero es inútil este tigre nunca termina de convertirse en un buen gato.
El tigre también sentía lo mismo que ella. Había tratado de vivir como un gato. Se había entregado a esa cabra creyendo que se iba a comportar como un perro, y ahora se daba cuenta que era inútil. Lo único que había logrado era tener una cabra triste y rezongona.
Hasta que un día, casi ya sin fuerzas la cabra que quería ser perro y el tigre que quería ser gato, se miraron a los ojos como el primer día, pero esta vez en vez de luz encontraron sus miradas perdidas, tristes, y se dieron cuenta que contra la naturaleza no se puede ir.
Finalmente desde todo el amor que todavía se tenían, se separaron.
Así la Cabra se redescubrió y reencontró con su verdadero ser, volvió a ser ella misma: Recuperó su belleza, disfrutó de su plena libertad, volvió a ser creativa, disfrutó de la naturaleza pacífica, de sus sueños. Buscó y encontró la seguridad que necesitaba en su hogar, desde el cual podía salir a saltar a gusto y sin peligro por los campos verdes. Y finalmente pudo tomarse todo con calma, pues ella valoraba la tranquilidad.
Por su lado también el Tigre se reencontró con su verdadero ser.
Así fue pasando el tiempo para el Tigre y para la Cabra, hasta que un día se encontraron frente a frente. El miró de nuevo a esos ojos cargados de luz, y le dijo: – Yo soy un Tigre. Y ella sin esperar que él preguntara, contestó, mientras también lo miraba fijo a los ojos, también llenos de luz: – Yo soy una Cabra.
Y se fueron felices caminando juntos por un sendero. El Tigre le hablaba de sus historias de la selva, mientras la Cabra le contaba de la última flor que había descubierto en un nueva colina.
Luis Chiurazzi
Buscando
Nadie encuentra lo que no está buscando.
No es verdad que las cosas aparecen de pronto; que, sorpresivamente, cuando para la lluvia, vemos una hermosísima flor en el tallo en el que antes no había nada.
Allí hubo, por lo menos, un capullo cerrado, algo que estaba por abrirse, por transformarse en flor…
Cuando un hombre encuentra a una mujer, cuando una mujer encuentra a un hombre… los dos estaban buscándose.
Por soledad.
O por dolor.
O por ganas de revivir la vida insuflándole oxígeno a los pulmones.
O porque sí. ¿Por qué explicarlo todo?.
¿Por qué decir que la causa, el efecto, que la casualidad no existe, que…?.
Mejor pensemos que lo importante es que, cuando no hay alguien a nuestro lado, no hacemos tostadas (¿para mí solamente?… No), no gastamos el frasco de perfume, duran menos las latas de atún y más las milanesas en el freezer, compramos con más nostalgia que alegría un ramito de flores para llevar a casa, y estrenamos muy pocas cosas…
Estamos solos porque no hacemos una llamada.
Porque no damos el paso que nos acerca.
Porque no decimos la primera palabra que se transforme en puente.
Nadie encuentra lo que no está buscando.
¿Por qué crees que vos y yo nos encontramos?.
¿Desde dónde venías acercándote?.
¿Desde cuándo yo esperaba que llegaras…?
¿Por qué crees que no te desviaste con otro rumbo?.
Cuando un hombre encuentra a una mujer, cuando una mujer encuentra a un hombre… los dos estaban buscándose.
Nadie encuentra lo que no está buscando.
¿Me entendés, ahora?.
Poldy Bird
Friday, November 29, 2013
Elegancia
por Paulo Coelho
Elegancia tiende a ser confundido con la superficialidad y la mera apariencia.
Nada podría estar más lejos de la verdad: algunas palabras son elegantes, otras pueden herir y destruir, pero todos se escriben con las mismas letras.
Las flores son elegantes, aunque esté escondido entre la hierba en un prado. La gacela cuando se ejecuta es elegante, incluso cuando está huyendo de un león.
La elegancia no es una cualidad externa, sino una parte del alma que es visible para los demás.
Y aun cuando las pasiones son fuertes, la elegancia no permite que los verdaderos lazos de unión de dos personas para ser rotos.
La elegancia no está en la ropa que usamos, sino en la forma en que los usamos.
No está en la forma en que manejamos una espada, pero en el diálogo que sostenemos que podría evitar una guerra.
La elegancia se logra cuando, después de haber descartado todas las cosas superfluas, descubrimos la simplicidad y la concentración, la más simple es la pose, el mejor, el más sobrio, más hermoso.
¿Y qué es la simplicidad? Es la unión de los verdaderos valores de la vida.
La nieve es bonita porque tiene un solo color.
El mar es bastante, ya que parece ser una superficie plana.
El desierto es bello porque parece consistir sólo de arena y rocas.
Las cosas más simples de la vida son las más extraordinarias. Deja que se revelan. tomado de MANUSCRITO ENCONTRADO EN ACCRA
Anti divorcio
Todavía no se ha descubierto una vacuna que nos proteja el alma y sería hermoso que existiera una vacuna que impida que un vínculo de amor se rompa.
En la antigüedad todo se arreglaba con pócimas, brebajes y ungüentos. Hoy ya no es así, pero sí es tiempo de abrir los ojos a la realidad utilizando la inteligencia y el sentido común para evitar rupturas y para sobrevivir a un fantasma que en nuestros tiempos ya resulta anacrónico: el divorcio.
El doctor Silvio Hoffman nos dice:
“Cuando una pareja se forma lo esencial es establecer un acuerdo previo respecto de las cuestiones que, por lo general, resultan conflictivas y que se desarrollan en tres planos claves para que esa pareja pueda apostar al futuro: el tema de las respectivas historias familiares, el manejo del dinero y el tema del sexo.
Estos tres aspectos vinculados siempre a las respectivas diferencias culturales, ideológicas y/o religiosas que dos personas pueden tener debe ser motivo de una suerte de contrato previo, en el cual dos personas antes de casarse deben actuar con total honestidad”.
Señales de alerta para tener en cuenta:
La pérdida de interés por lo que significó un proyecto común.
La reiteración de olvidos ya sea de comidas, palabras, encuentros, horarios, fechas clave, días que tienen significado especial.
Las opiniones o bromas frente a extraños que ponen en evidencia defectos de uno de los miembros de la pareja.
Chistes de mal gusto que demuestran la insatisfacción que siente una de las partes.
Las enfermedades frecuentes ya que el cuerpo suele somatizar todo lo que ocurre emocionalmente. Gastritis, resfríos, gripes, alergias y estrés.
Los distanciamientos de cualquier índole desde llegar tarde a una cita o a la casa.
El alejamiento corporal cuando están juntos ya sea en una reunión, en una caminata o en la casa.
Mientras alguien – uno de los dos miembros o los dos – esté alerta frente al peligro, las parejas podrán alcanzar una razonable estabilidad y una no menos pacífica armonía.
Por lo pronto, lo primero que debe estar en claro cuando dos personas empiezan a encontrarse en el terreno amoroso es saber cuáles son las expectativas individuales y cuáles las que tienen que ver con un proyecto de a dos.
Osho nos dice:
” Los divorcios existen porque los matrimonios son erróneos y forzados. Los divorcios existen porque los matrimonios se llevan a cabo en un estado romántico. Un estado romántico es bueno si eres poeta, y no se conoce a los poetas como buenos maridos o buenas esposas. De hecho casi siempre los poetas son solteros. Juguetean mucho pero nunca los atrapan, y por eso su romance permanece vivo…”
y agrega:
“Hay que ser suficientemente maduro. La madurez significa que uno ya no es un tonto romántico. Uno comprende la vida, uno comprende la responsabilidad de la vida, uno comprende los problemas de estar con otra persona. Uno acepta todas las dificultades y aún así decide vivir con esa persona. Uno no espera que todo vaya a ser siempre un Paraíso, que todo van a ser rosas. Uno no espera esas tonterías; uno sabe que la realidad es difícil. Es dura. Hay rosas, pero muy pocas; hay muchas espinas… “
Lic. Romina Halbwirth
El lenguaje del amor
Hay momentos en la vida en que somos tímidos para expresar el amor que sentimos. Quizá por temor a avergonzar a la otra persona o a avergonzarnos nosotros mismos, dudamos en decir “Te quiero” y tratamos de comunicar la idea con otras palabras…
Decimos “Cuídate”, “No manejes rápido”, “Pórtate bien”… Pero en realidad, estas son diferentes maneras de decir “Te quiero…”, “Eres lo más importante para mí…”, “Me importa lo que te suceda…”, “No quiero que estés mal…”, etc.
A veces somos muy extraños. La única cosa que queremos decir y la única cosa que debemos decir, es la única cosa que no decimos. Y aún así, porque el sentimiento es real y la necesidad de decirlo es tan fuerte, usamos otras palabras y signos para decir lo que realmente queremos decir.
Y muchas veces el significado nunca se comunica del todo, y la otra persona se siente ignorada o tal vez no tan querida…
Por eso, debemos escuchar el amor en las palabras que las otras personas nos dicen, algunas veces las palabras explícitas son necesarias, pero muchas veces es más importante la manera como se dicen las cosas…
Un apodo dicho cariñosamente porta mayor afecto y amor que los sentimientos que son expresados de manera poco sincera.
Un abrazo o un beso impulsivos dicen “Te amo”, aún cuando las palabras digan algo diferente. Cualquier expresión de preocupación de una persona por otra dice “Te quiero”.
A veces la expresión es vulgar, a veces incluso cruel. A veces debemos mirar y escuchar muy atentamente el amor que contienen… Pero muy frecuentemente está allí, debajo de la superficie.
Una madre puede regañar a su hijo constantemente por sus notas o por no limpiar su cuarto. El hijo puede escuchar sólo el regaño, pero si escucha atentamente, escuchará el Amor debajo del regaño. Su madre quiere que él haga lo correcto, que sea exitoso.
Desgraciadamente, su preocupación y amor por su hijo emergen en su regaño. Pero también es Amor.
Una hija regresa tarde a casa, después de su permiso, y su padre la confronta con palabras amargas. La hija puede sólo escuchar la ira, pero si escucha atentamente, escuchará el Amor debajo de la ira. “Estuve preocupado por ti…” dice el padre, “porque me importas, porque te quiero y porque eres importante para mí…”
Decimos “Te amo” de muchas maneras: con regalos de cumpleaños, con notitas dibujadas, con sonrisas y a veces con lágrimas. A veces mostramos nuestro Amor cuando nos mantenemos en silencio, sin decir ni una palabra, y a veces incluso hablando bruscamente.
A veces mostramos nuestro Amor a través de la impulsividad. Muchas veces tenemos que demostrar Amor perdonando a alguien que no ha escuchado el Amor que hemos tratado de expresar.
El problema de escuchar el Amor es que no siempre entendemos el lenguaje del Amor que la otra persona está usando.
Una chica puede usar las lágrimas o las emociones para decir lo que quiere decir, y su novio puede no entenderla porque espera que ella le hable en el lenguaje de él.
Por eso, tenemos que esforzarnos por realmente escuchar el Amor. El problema con nuestro mundo es que la gente rara vez se escucha el uno al otro. Oyen las palabras, pero no escuchan en las acciones que acompañan a esas palabras o en las facciones del rostro.
O la gente sólo escucha el rechazo o el malentendido. No ven el Amor que está allí, debajo de la superficie, aún cuando las palabras sean amargas…
Tenemos que escuchar el amor en aquellos que están alrededor nuestro… Si escuchamos atentamente, descubriremos que somos muchísimo más amados de lo que pensamos.
Escuchemos al Amor y descubriremos que, después de todo, el mundo es un lugar muy amoroso…
El Amor es feliz, nos hace reír, nos hace llorar, nos hace cantar, nos hace tristes, nos hace buscar una razón, nos hace pedir, nos hace dar, pero por sobre todo, nos hace Vivir.
No es la presencia o la ausencia de la gente lo que hace la diferencia, porque una persona puede no estar solitaria aún cuando esté sola.
Algunas veces es bueno estar solo. Pero eso no nos hace solitarios. No es un asunto de estar presente con alguien. El asunto es estar presente para alguien.
Así que recuerda: Si amas a alguien, díselo. Recuerda siempre decir lo que sientes. Nunca tengas temor de expresarte a ti mismo.
Aprovecha esta oportunidad para decirle a alguien lo que significa para ti. Aprovecha el día y no tengas reparos. Y lo más importante: Permanece cerca de tus amigos y tu familia, porque ellos te han ayudado a ser la persona que eres hoy y eso es lo más importante.
Haz la diferencia en tu día y en el de ellos. La diferencia entre expresar el Amor y los rencores es que los rencores a veces perduran más…
(autor desconocido)
Principio del vacío…
¿Tienes el hábito de juntar objetos inútiles, creyendo que un día… (No sabes cuándo) vas a necesitarlos?.
¿Tienes el hábito de juntar dinero, sólo para no gastarlo pues piensas que en el futuro podrá hacerte falta?.
¿Tienes el hábito de guardar ropa, zapatos, muebles, utensilios domésticos y otras cosas del hogar que ya no usas desde hace mucho tiempo?.
¿Y dentro tuyo…?.
¿Tienes el hábito de guardar broncas, resentimientos, tristezas, miedos y demás?.
¡Eso jamás lo hagas!, ¡va contra tu prosperidad!.
Es preciso que dejes un espacio, un vacío, para que cosas nuevas lleguen a tu vida.
Es preciso que te deshagas de todo lo inútil que hay en ti y en tu vida, para que la prosperidad llegue.
La fuerza de ese vacío es lo que absorberá y atraerá todo lo que deseas.
Mientras estés, material o emocionalmente, cargando sentimientos viejos e inútiles, no tendrás espacio para nuevas oportunidades.
Los bienes necesitan circular…
Limpia los cajones, los armarios, el cuarto de enseres, el garage.
Dona todo aquello que ya no uses.
La actitud de guardar un montón de cosas inútiles solo encadena tu vida.
No son los objetos guardados los que estancan tu vida, sino el significado de la actitud de guardar.
Cuando se guarda, se considera la posibilidad de falta, de carencia.
Se cree que mañana podrá faltar, y que no tendrás manera de cubrir esas necesidades.
Con esa idea, le estás enviando dos mensajes a tu cerebro y a tu vida;
que no confías en el mañana…
y que piensas que lo nuevo y lo mejor NO son para ti, por eso te alegras guardando cosas viejas e inútiles.
Deshazte de lo que ya perdió el color y el brillo.
Deja entrar lo nuevo a tu casa y dentro de ti mismo.
Joseph Newton
Thursday, November 28, 2013
No te rindas...
No te rindas, aún estás a tiempo
De alcanzar y comenzar de nuevo,
Aceptar tus sombras,
Enterrar tus miedos,
Liberar el lastre,
Retomar el vuelo.
No te rindas que la vida es eso,
Continuar el viaje,
Perseguir tus sueños,
Destrabar el tiempo,
Correr los escombros,
Y destapar el cielo.
No te rindas, por favor no cedas,
Aunque el frío queme,
Aunque el miedo muerda,
Aunque el sol se esconda,
Y se calle el viento,
Aún hay fuego en tu alma
Aún hay vida en tus sueños.
Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo
Porque lo has querido y porque te quiero
Porque existe el vino y el amor, es cierto.
Porque no hay heridas que no cure el tiempo.
Abrir las puertas,
Quitar los cerrojos,
Abandonar las murallas que te protegieron,
Vivir la vida y aceptar el reto,
Recuperar la risa,
Ensayar un canto,
Bajar la guardia y extender las manos
Desplegar las alas
E intentar de nuevo,
Celebrar la vida y retomar los cielos.
No te rindas, por favor no cedas,
Aunque el frío queme,
Aunque el miedo muerda,
Aunque el sol se ponga y se calle el viento,
Aún hay fuego en tu alma,
Aún hay vida en tus sueños
Porque cada día es un comienzo nuevo,
Porque esta es la hora y el mejor momento.
Porque no estás solo, porque yo te quiero.
Mario Benedetti
De alcanzar y comenzar de nuevo,
Aceptar tus sombras,
Enterrar tus miedos,
Liberar el lastre,
Retomar el vuelo.
No te rindas que la vida es eso,
Continuar el viaje,
Perseguir tus sueños,
Destrabar el tiempo,
Correr los escombros,
Y destapar el cielo.
No te rindas, por favor no cedas,
Aunque el frío queme,
Aunque el miedo muerda,
Aunque el sol se esconda,
Y se calle el viento,
Aún hay fuego en tu alma
Aún hay vida en tus sueños.
Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo
Porque lo has querido y porque te quiero
Porque existe el vino y el amor, es cierto.
Porque no hay heridas que no cure el tiempo.
Abrir las puertas,
Quitar los cerrojos,
Abandonar las murallas que te protegieron,
Vivir la vida y aceptar el reto,
Recuperar la risa,
Ensayar un canto,
Bajar la guardia y extender las manos
Desplegar las alas
E intentar de nuevo,
Celebrar la vida y retomar los cielos.
No te rindas, por favor no cedas,
Aunque el frío queme,
Aunque el miedo muerda,
Aunque el sol se ponga y se calle el viento,
Aún hay fuego en tu alma,
Aún hay vida en tus sueños
Porque cada día es un comienzo nuevo,
Porque esta es la hora y el mejor momento.
Porque no estás solo, porque yo te quiero.
Mario Benedetti
Si me ves cansado....
Si me ves cansado, fuera del sendero,
ya casi sin fuerzas para hacer el camino…
Si me ves sintiendo que la vida es dura,
porque ya no puedo, porque ya no sigo…
Ven a recordarme cómo es un comienzo,
ven a desafiarme con tu desafío.
Muéveme en el alma, vuélveme al impulso,
llévame a mí mismo…
Yo sabré entonces encender mi lámpara,
en el tiempo oscuro y entre el viento frío.
Volveré a ser fuego desde brasas quietas
que alumbren y revivan mi andar peregrino.
Vuelve a susurrarme aquella consigna
del primer paso para un principio.
Muéstrame la garra que se necesita
para levantarse desde lo caído.
Si me ves cansado fuera del sendero,
sin ver más espacios que el de los abismos.
Trae a mi memoria que también hay puentes,
que también hay alas que no hemos visto…
Que vamos armados de fé y de bravura,
que seremos siempre lo que hemos creído.
Que somos guerreros de la vida,
y todo nos guía hacia nuestro sitio.
Que un primer paso y que un nuevo empeño,
nos lleva a la forma de no ser vencidos.
Que el árbol se dobla, se agita, se estremece,
deshoja y retoña pero queda erguido.
Que el único trecho que da el adelante,
es aquél que cubre nuestro pie extendido…
Si me ves cansado, fuera del sendero,
solitario y triste, quebrado y herido,
siéntate a mi lado, tómame las manos,
entra por mis ojos hasta mi escondrijo.
Y dime se puede e insiste: se puede,
hasta que yo entienda que puedo lo mismo.
Que tu voz despierte, desde tu certeza,
al que de cansancio se quedó dormido.
Y tal ves, si quieres, préstame tus brazos,
para incorporarme, nuevo y decidido.
Que la unión es triunfo cuando ambos vamos
con el mismo brío…
Si me ves cansado, fuera del sendero,
lleva mi mirada hacia tu camino,
hazme ver las huellas, que allá están marcadas,
de un paso tras otro por donde has venido…
Y vendrá contigo una madrugada,
la voz insistente para un nuevo inicio.
Que abriré otro rumbo porque sí he creído,
que siempre se puede, se puede, mi Amigo.
(de José Larralde)
ya casi sin fuerzas para hacer el camino…
Si me ves sintiendo que la vida es dura,
porque ya no puedo, porque ya no sigo…
Ven a recordarme cómo es un comienzo,
ven a desafiarme con tu desafío.
Muéveme en el alma, vuélveme al impulso,
llévame a mí mismo…
Yo sabré entonces encender mi lámpara,
en el tiempo oscuro y entre el viento frío.
Volveré a ser fuego desde brasas quietas
que alumbren y revivan mi andar peregrino.
Vuelve a susurrarme aquella consigna
del primer paso para un principio.
Muéstrame la garra que se necesita
para levantarse desde lo caído.
Si me ves cansado fuera del sendero,
sin ver más espacios que el de los abismos.
Trae a mi memoria que también hay puentes,
que también hay alas que no hemos visto…
Que vamos armados de fé y de bravura,
que seremos siempre lo que hemos creído.
Que somos guerreros de la vida,
y todo nos guía hacia nuestro sitio.
Que un primer paso y que un nuevo empeño,
nos lleva a la forma de no ser vencidos.
Que el árbol se dobla, se agita, se estremece,
deshoja y retoña pero queda erguido.
Que el único trecho que da el adelante,
es aquél que cubre nuestro pie extendido…
Si me ves cansado, fuera del sendero,
solitario y triste, quebrado y herido,
siéntate a mi lado, tómame las manos,
entra por mis ojos hasta mi escondrijo.
Y dime se puede e insiste: se puede,
hasta que yo entienda que puedo lo mismo.
Que tu voz despierte, desde tu certeza,
al que de cansancio se quedó dormido.
Y tal ves, si quieres, préstame tus brazos,
para incorporarme, nuevo y decidido.
Que la unión es triunfo cuando ambos vamos
con el mismo brío…
Si me ves cansado, fuera del sendero,
lleva mi mirada hacia tu camino,
hazme ver las huellas, que allá están marcadas,
de un paso tras otro por donde has venido…
Y vendrá contigo una madrugada,
la voz insistente para un nuevo inicio.
Que abriré otro rumbo porque sí he creído,
que siempre se puede, se puede, mi Amigo.
(de José Larralde)
Cuesta arriba
Cuando el camino se hace cuesta arriba, cuando las cosas andan mal -como a veces sucede-, no lo
dejes, no abandones.
Cuando no consigas resultados, y se sumen los problemas, cuando quieras sonreír y sólo puedas
suspirar, no te rindas, no te caigas.
Cuando la suerte te sea adversa y no encuentres fuerzas para seguir, no renuncies.
Cuando no encuentres compañeros de lucha, ¡hay manos que sostienen las tuyas!, no te apures.
Cree y siente en cada minuto de tu vida, deja que tu alma vuele libre, hay algo superior que no puedes ver pero sí sentir…
Cierra los ojos por algunos minutos y deja tus pensamientos volar por sitios de amor.
Tu alma desea estar libre para darte fuerza y estímulo, ¡intenta algo!.
No podemos cambiar el mundo, ni quitar todo el dolor de la Tierra, ni tener ya resueltos todos nuestros problemas, pero podemos cada minuto mirar con ojos de amor a cada cosa.
Si pensamos que todo es pasajero, miraremos con cariño lo negativo que nos encamina a la elevación y perfección, y luego observaremos con felicidad el cambio del mal en bien, de tristezas en alegrías.
Lo que hoy nos hace sonreír fueron las cosas que nos hicieron llorar ayer.
Nuestras faltas de hoy también son las alegrías de mañana.
Las personas se van, los amores se pierden en el tiempo, los problemas se solucionan; hasta el mismo sol se va cada noche para renacer al día siguiente…
No te quedes en el medio del camino porque allá, adelante… algo mejor te espera.
(autor desconocido)
¿Llevas una carga ?
Hace un tiempo me puse a observar detenidamente la vida de las hormigas, y confieso que quedé
asombrado al verlas trabajar con tanto orden y empeño.
Pero una hormiga en particular atrajo mi atención. Negra y de tamaño mediano, la hormiga llevaba
como carga una pajita que era seis veces más larga que ella misma.
Después de avanzar casi un metro con semejante carga, llegó a una especie de grieta, estrecha pero profunda, formada entre dos grandes piedras.
Probó cruzar de una manera y de otra, pero todo su esfuerzo fue en vano; hasta que por fin la hormiguita hizo lo insólito.
Con toda habilidad apoyó los extremos de la pajita en un borde y otro de la grieta, y así se construyó su propio puente, sobre el cual pudo atravesar el abismo.
Al llegar al otro lado, tomó nuevamente su carga y continuó su esforzado viaje sin inconvenientes.
La hormiga supo convertir su carga en un puente, y así pudo continuar su viaje.
De no haber tenido esa carga, que bien pesada era para ella, no habría podido avanzar en su camino…
¿Cuántas veces nos quejamos por los problemas, las cargas y las pruebas que debemos soportar?.
Pero sin darnos cuenta, esas mismas cargas -bien tomadas- pueden convertirse en puentes y peldaños que nos ayudan a triunfar.
Una deficiencia cardíaca hizo de un médico un famoso cardiólogo; el impedimento físico convirtío al joven en un gran escritor; la timidez del estudiante lo llevó a ser un destacado investigador.
¿Cuántos otros ejemplos podríamos mencionar?; todos para mostrar la misma verdad.
Con frecuencia debemos padecer males para disfrutar luego de los bienes mayores; que debemos llevar con valor nuestras cargas para luego convertirlas en puentes de éxito y prosperidad.
¿Estás soportando en este momento algún problema o adversidad?.
Recuerda que nada conseguirás quejándote o angustiándote. Confía en Dios, Él no permitirá que la prueba te aniquile, más bien te dará fuerzas para seguir con valor y lograr mayores alturas.
(autor desconocido)
Wednesday, November 27, 2013
Vivir sin luchar...
…Vive el momento, en tu mente y en tu cuerpo, apreciando lo que tienes y sin ansiedad. Deja de preguntarte constantemente qué es lo mejor que puedes hacer. No pienses en qué pasaría si hicieras tal o cual cosa, ni en tus objetivos para el futuro, y concéntrate en el momento presente. Vive aquí y ahora, ya que si te dedicas a pensar en que quieres estar en otro lugar, echarás a perder los preciosos instantes presentes. El sabio tiene la buena costumbre se sumergirse por completo en el “ahora” de cada momento de su vida.
…Abandona las exigencias y el convencimiento de que no puedes ser feliz porque, supuestamente, te falta algo en la vida. Insistir en que necesitas lo que no tienes es una actitud malsana. Es necesario que la modifiques y pienses que estás bien sin lo que crees que necesitas. Así podrás darte cuenta de que ya tienes todo lo que necesitas para ser feliz y estar en paz y satisfecho, aquí y ahora.
…Empieza por hacerte consciente de las situaciones en las que no vives el momento porque te estás esforzando en cumplir o conseguir algo con vistas a un beneficio futuro. Puede que no te des cuenta de la cantidad de veces que dedicas tus energías a intentar todo tipo de cosas creyendo que, una vez logradas, tendrás por fin tiempo para hacer lo que de verdad quieres. Esta es una costumbre de lo más perniciosa que hace que muchos de nosotros no tomemos la decisión (o la aplacemos indefinidamente) de dejar de vivir en lucha perpetua. Es algo de lo que es difícil darse cuenta. Las ocasiones en que te apremien tus obligaciones familiares o profesionales, quitándote tiempo libre, podrían ayudarte a ver el problema.
(Fragmento de “Nuevos pensamientos para una vida mejor“
…Abandona las exigencias y el convencimiento de que no puedes ser feliz porque, supuestamente, te falta algo en la vida. Insistir en que necesitas lo que no tienes es una actitud malsana. Es necesario que la modifiques y pienses que estás bien sin lo que crees que necesitas. Así podrás darte cuenta de que ya tienes todo lo que necesitas para ser feliz y estar en paz y satisfecho, aquí y ahora.
…Empieza por hacerte consciente de las situaciones en las que no vives el momento porque te estás esforzando en cumplir o conseguir algo con vistas a un beneficio futuro. Puede que no te des cuenta de la cantidad de veces que dedicas tus energías a intentar todo tipo de cosas creyendo que, una vez logradas, tendrás por fin tiempo para hacer lo que de verdad quieres. Esta es una costumbre de lo más perniciosa que hace que muchos de nosotros no tomemos la decisión (o la aplacemos indefinidamente) de dejar de vivir en lucha perpetua. Es algo de lo que es difícil darse cuenta. Las ocasiones en que te apremien tus obligaciones familiares o profesionales, quitándote tiempo libre, podrían ayudarte a ver el problema.
(Fragmento de “Nuevos pensamientos para una vida mejor“
El saco de plumas
Había una vez un hombre que calumnió grandemente a un amigo suyo, todo por la envidia que le tuvo al ver el éxito que este había alcanzado.
Tiempo después se arrepintió de la ruina que trajo con sus calumnias a ese amigo, y visitó a un hombre muy sabio a quien le dijo:
"Quiero arreglar todo el mal que hice a mi amigo. ¿Cómo puedo hacerlo?",
a lo que el hombre respondió: "Toma un saco lleno de plumas ligeras y pequeñas y suelta una donde vayas".
El hombre muy contento por aquello tan fácil tomó el saco lleno de plumas y al cabo de un día las había soltado todas.
Volvió donde el sabio y le dijo: "Ya he terminado",
a lo que el sabio contestó: "Esa es la parte más fácil.
Ahora debes volver a llenar el saco con las mismas plumas que soltaste.
Sal a la calle y búscalas".
El hombre se sintió muy triste, pues sabía lo que eso significaba y no pudo juntar casi ninguna.
Al volver, el hombre sabio le dijo:
"Así como no pudiste juntar de nuevo las plumas que volaron con el viento, así mismo el mal que hiciste voló de boca en boca y el daño ya está hecho. Lo único que puedes hacer es pedirle perdón a tu amigo, pues no hay forma de revertir lo que hiciste".
"Cometer errores es de humanos y de sabios pedir perdón".
Que es ser feliz
Puedes tener defectos, vivir ansioso y estar irritado algunas veces, pero no te olvides de que tu vida es la mayor empresa del mundo. Solo vos podes evitar que ella vaya en decadencia.
Hay muchas personas que te precisan, admiran y te quieren.
Me gustarla que siempre recordaras que ser feliz no es tener un cielo sin tempestades, caminos sin accidentes, trabajos sin cansancio, relaciones sin decepciones.
Ser feliz es encontrar fuerza en el perdón, esperanza en las batallas, seguridad en el palco del miedo, amor en los desencuentros.
Ser feliz no es solo valorizar la sonrisa, sino tambien reflexionar sobre la tristeza.
No es apenas conmemorar el suceso, sino aprender lecciones en los fracasos.
No es apenas tener alegría con los aplausos, sino encontrar alegria en el anonimato.
Ser feliz es reconocer que vale la pena vivir la vida, a pesar de todos los desafios, incomprensiones y períodos de crisis.
Ser feliz no es una fatalidad del destino, sino una conquista de quien sabe viajar para dentro de su proprio ser.
Ser feliz es dejar de ser victima de los problemas y volverse un actor de la propria historia.
Es atravesar desiertos fuera de si, mas ser capaz de encontrar un oasis en lo recondito de nuestra alma.
Es agradecer a Dios cada mañana por el milagro de la vida.
Ser feliz es no tener miedo de los proprios sentimientos.
Es saber hablar de si mismo.
Es tener coraje para oir un “No”.
Es tener seguridad para recibir una critica, aunque sea injusta.
Es besar a los hijos, mimar a los padres y tener momentos poéticos con los amigos, aunque ellos nos hieran.
Ser feliz es dejar vivir a la criatura libre, alegre y simple que vive dentro de cada uno de nosotros.
Es tener madurez para decir “Me equivoqué”.
Es tener la osadia para decir “Perdoname”.
Es tener sensibilidad para expresar “Te necesito”.
Es tener capacidad de decir “Te amo”.
Deseo que tu vida se vuelva un jardín de oportunidades
para ser feliz…
Que en tus primaveras seas amante de la alegria.
Que en tus inviernos seas amigo de la sabiduria.
Y que cuando te equivoques en el camino, comiences todo de nuevo.
Pues asi serás cada vez mas apasionado por la vida.
Y descubrirás que…
Ser feliz no es tener una vida perfecta; sino…
Usar las lágrimas para regar la tolerancia.
Usar las perdidas para refinar la paciencia.
Usar las fallas para esculpir la serenidad.
Usar el dolor para lapidar el placer.
Usar los obstáculos para abrir las ventanas de la inteligencia.
¡Jamas desistas!
Jamas desistas de las personas que amas.
Jamas desistas de ser feliz.
(autor desconocido)
Hay muchas personas que te precisan, admiran y te quieren.
Me gustarla que siempre recordaras que ser feliz no es tener un cielo sin tempestades, caminos sin accidentes, trabajos sin cansancio, relaciones sin decepciones.
Ser feliz es encontrar fuerza en el perdón, esperanza en las batallas, seguridad en el palco del miedo, amor en los desencuentros.
Ser feliz no es solo valorizar la sonrisa, sino tambien reflexionar sobre la tristeza.
No es apenas conmemorar el suceso, sino aprender lecciones en los fracasos.
No es apenas tener alegría con los aplausos, sino encontrar alegria en el anonimato.
Ser feliz es reconocer que vale la pena vivir la vida, a pesar de todos los desafios, incomprensiones y períodos de crisis.
Ser feliz no es una fatalidad del destino, sino una conquista de quien sabe viajar para dentro de su proprio ser.
Ser feliz es dejar de ser victima de los problemas y volverse un actor de la propria historia.
Es atravesar desiertos fuera de si, mas ser capaz de encontrar un oasis en lo recondito de nuestra alma.
Es agradecer a Dios cada mañana por el milagro de la vida.
Ser feliz es no tener miedo de los proprios sentimientos.
Es saber hablar de si mismo.
Es tener coraje para oir un “No”.
Es tener seguridad para recibir una critica, aunque sea injusta.
Es besar a los hijos, mimar a los padres y tener momentos poéticos con los amigos, aunque ellos nos hieran.
Ser feliz es dejar vivir a la criatura libre, alegre y simple que vive dentro de cada uno de nosotros.
Es tener madurez para decir “Me equivoqué”.
Es tener la osadia para decir “Perdoname”.
Es tener sensibilidad para expresar “Te necesito”.
Es tener capacidad de decir “Te amo”.
Deseo que tu vida se vuelva un jardín de oportunidades
para ser feliz…
Que en tus primaveras seas amante de la alegria.
Que en tus inviernos seas amigo de la sabiduria.
Y que cuando te equivoques en el camino, comiences todo de nuevo.
Pues asi serás cada vez mas apasionado por la vida.
Y descubrirás que…
Ser feliz no es tener una vida perfecta; sino…
Usar las lágrimas para regar la tolerancia.
Usar las perdidas para refinar la paciencia.
Usar las fallas para esculpir la serenidad.
Usar el dolor para lapidar el placer.
Usar los obstáculos para abrir las ventanas de la inteligencia.
¡Jamas desistas!
Jamas desistas de las personas que amas.
Jamas desistas de ser feliz.
(autor desconocido)
Tuesday, November 26, 2013
Nuestras relaciones nos definen
Con el paso de los años, solo seriamos más viejos sino fuera por dos cosas: los libros que leemos y la gente con la que nos relacionamos.
Esto es lo que le da forma y esencia a nuestra vida.
Las personas que elegimos para compartir nuestro tiempo, casarnos o asociarnos, son una muestra de lo que pensamos de nosotros mismos, de nuestros valores y del lugar que ocupamos en el mundo.
Hay varios tipos de relaciones: algunas nos nutren, nos confortan y suplen nuestras carencias.
Otras nos divierten, nos inspiran, nos retan y nos hacen crecer.
Otras quizá, nos hacen daño al sabotear nuestro crecimiento o minar nuestro autoestima.
Por supuesto, estas últimas, tendríamos que cortarlas por lo sano.
Sin embargo, en cualquier relación puede rondar una que otra amenaza que impide que los lazos se profundicen y fortalezcan.
Una de las amenazas la representa muy bien el cuento de aquel señor que, después de haber sembrado su jardín con árboles frutales y bellas flores junto al rio, se sentaba orgulloso en su terraza para disfrutar de su obra.
De pronto, ve que un niño seguido por un perro pisa sus flores al perseguir una pelota.
Enojado, decide construir una pequeña barda para evitar el paso.
Satisfecho, terminada la barda, se sienta para disfrutar de su hermoso jardín, ahora sí sin peligro.
Al rato, ve que un venado asoma la cabeza para morder, sus verdes setos.
Enfurecido, decide elevar mas la barda para impedirlo.
Cuando se disponía a sentarse una vez más, observa como se detiene una parvada de pájaros para comer de sus manzanas.
Furioso, decide techar el jardín para que nada ni nadie lo maltrate.
Cuando saca su silla y ve aquel cuarto oscuro sin vida, sin los niños, sin el sonido del agua, sin la vista de los pájaros y de los animales, se da cuenta de su soledad y decide tirar todo para que, una vez más, otros lo visiten y disfruten el jardín.
Esta es una amenaza que ronda cualquier relación: el egoísmo que nos impide compartir libremente lo mejor que tenemos y exigir que el otro sea, piense y actúe como nosotros queremos.
Lo irónico es que una vez que logramos tener relaciones valiosas, con frecuencia las descuidamos.
Como dice Milan Kundera: ” La velocidad crea el Olvido”.
El tiempo pasa tan rápido que la ilusión nos hace pensar que estamos cerca de alguien con quien hace mucho no nos hemos comunicado, ni siquiera por escrito.
Les puedo garantizar algo, esa relación no se ha fortalecido.
La ausencia no fortalece una relación, la debilita.
O peor aún, tenemos relaciones en las cuales estamos presentes, pero en realidad, estamos tan ausentes y distantes.
Olvidamos con facilidad que la calidad de nuestra existencia humana se cimienta en nuestras relaciones.
O, ¿acaso podemos ser felices solos?
(autor desconocido)
Esto es lo que le da forma y esencia a nuestra vida.
Las personas que elegimos para compartir nuestro tiempo, casarnos o asociarnos, son una muestra de lo que pensamos de nosotros mismos, de nuestros valores y del lugar que ocupamos en el mundo.
Hay varios tipos de relaciones: algunas nos nutren, nos confortan y suplen nuestras carencias.
Otras nos divierten, nos inspiran, nos retan y nos hacen crecer.
Otras quizá, nos hacen daño al sabotear nuestro crecimiento o minar nuestro autoestima.
Por supuesto, estas últimas, tendríamos que cortarlas por lo sano.
Sin embargo, en cualquier relación puede rondar una que otra amenaza que impide que los lazos se profundicen y fortalezcan.
Una de las amenazas la representa muy bien el cuento de aquel señor que, después de haber sembrado su jardín con árboles frutales y bellas flores junto al rio, se sentaba orgulloso en su terraza para disfrutar de su obra.
De pronto, ve que un niño seguido por un perro pisa sus flores al perseguir una pelota.
Enojado, decide construir una pequeña barda para evitar el paso.
Satisfecho, terminada la barda, se sienta para disfrutar de su hermoso jardín, ahora sí sin peligro.
Al rato, ve que un venado asoma la cabeza para morder, sus verdes setos.
Enfurecido, decide elevar mas la barda para impedirlo.
Cuando se disponía a sentarse una vez más, observa como se detiene una parvada de pájaros para comer de sus manzanas.
Furioso, decide techar el jardín para que nada ni nadie lo maltrate.
Cuando saca su silla y ve aquel cuarto oscuro sin vida, sin los niños, sin el sonido del agua, sin la vista de los pájaros y de los animales, se da cuenta de su soledad y decide tirar todo para que, una vez más, otros lo visiten y disfruten el jardín.
Esta es una amenaza que ronda cualquier relación: el egoísmo que nos impide compartir libremente lo mejor que tenemos y exigir que el otro sea, piense y actúe como nosotros queremos.
Lo irónico es que una vez que logramos tener relaciones valiosas, con frecuencia las descuidamos.
Como dice Milan Kundera: ” La velocidad crea el Olvido”.
El tiempo pasa tan rápido que la ilusión nos hace pensar que estamos cerca de alguien con quien hace mucho no nos hemos comunicado, ni siquiera por escrito.
Les puedo garantizar algo, esa relación no se ha fortalecido.
La ausencia no fortalece una relación, la debilita.
O peor aún, tenemos relaciones en las cuales estamos presentes, pero en realidad, estamos tan ausentes y distantes.
Olvidamos con facilidad que la calidad de nuestra existencia humana se cimienta en nuestras relaciones.
O, ¿acaso podemos ser felices solos?
(autor desconocido)
Razón, estación, o de por vida…
Las personas llegan a nuestras vidas por una razón, por una estación o para toda la vida.
Cuando te des cuenta de cual es, vas a saber que hacer con cada persona.
Por una RAZÓN:
Cuando una persona llega a tu vida por una RAZÓN, es para cumplir con algún deseo o necesidad que vos tengas o hayas expresado.
Llega para ayudarte a atravesar una dificultad, para hacer de guía y soporte, ya sea tanto físico, mental o espiritual.
Pareciera ser alguien que envió Dios… ¡y lo es!
Es por esa razón que tu los necesitas y ellos llegan.
Después, sin que nada malo suceda o sin que ocurra ningún inconveniente específico, esta persona hace o dice algo para que la relación no continúe y se rompa.
A veces se mueren. A veces se alejan.
Y a veces hacen algo para que tu te alejes.
Lo que debemos entender es que nuestra necesidad fue satisfecha, nuestro deseo se cumplió, su trabajo esta hecho.
La súplica que pediste fue escuchada y cumplida, y ahora es tiempo de seguir adelante.
Por una ESTACIÓN:
Cuando una persona llega a nuestra vida por una ESTACIÓN, es para compartir, crecer y aprender.
Esa persona puede traernos un período de paz, o simplemente hacernos divertir.
Esas personas deben enseñarnos algo que nunca hemos aprendido ni hecho.
Generalmente nos brindan un tiempo de gran diversión.
¡Créelo!, ¡es verdad!.
Pero solo por una temporada.
De POR VIDA:
Las relaciones de POR VIDA enseñan lecciones de vida.
Cosas que debemos establecer para crecer con una sólida base emocional.
Tu trabajo es aceptar la lección, querer a esa persona, y usar eso que aprendiste en todas las amistades y ámbitos de la vida.
Se dice que el amor es ciego, pero la amistad nos hace ver.
(autor desconocido)
Cuando te des cuenta de cual es, vas a saber que hacer con cada persona.
Por una RAZÓN:
Cuando una persona llega a tu vida por una RAZÓN, es para cumplir con algún deseo o necesidad que vos tengas o hayas expresado.
Llega para ayudarte a atravesar una dificultad, para hacer de guía y soporte, ya sea tanto físico, mental o espiritual.
Pareciera ser alguien que envió Dios… ¡y lo es!
Es por esa razón que tu los necesitas y ellos llegan.
Después, sin que nada malo suceda o sin que ocurra ningún inconveniente específico, esta persona hace o dice algo para que la relación no continúe y se rompa.
A veces se mueren. A veces se alejan.
Y a veces hacen algo para que tu te alejes.
Lo que debemos entender es que nuestra necesidad fue satisfecha, nuestro deseo se cumplió, su trabajo esta hecho.
La súplica que pediste fue escuchada y cumplida, y ahora es tiempo de seguir adelante.
Por una ESTACIÓN:
Cuando una persona llega a nuestra vida por una ESTACIÓN, es para compartir, crecer y aprender.
Esa persona puede traernos un período de paz, o simplemente hacernos divertir.
Esas personas deben enseñarnos algo que nunca hemos aprendido ni hecho.
Generalmente nos brindan un tiempo de gran diversión.
¡Créelo!, ¡es verdad!.
Pero solo por una temporada.
De POR VIDA:
Las relaciones de POR VIDA enseñan lecciones de vida.
Cosas que debemos establecer para crecer con una sólida base emocional.
Tu trabajo es aceptar la lección, querer a esa persona, y usar eso que aprendiste en todas las amistades y ámbitos de la vida.
Se dice que el amor es ciego, pero la amistad nos hace ver.
(autor desconocido)
Te compre
Anoche pensé en ti, pensé tanto, que sentí ganas de darte un regalo…
Después pensé, que no sea uno, que sean varios…
Pensé que tenían que ser cosas que a ti te gustaran, y además, que te fueran útiles…
Fue así, que hoy me levanté más temprano y fui a buscar todo lo que imaginé.
Compré SOL, LLUVIA, VIENTO, ROCÍO… y tan solo 5 gramos de LÁGRIMAS.
Compré un paquete de RAZÓN para que la mezcles con otro de SENTIMIENTOS.
Compré SINCERIDAD para que la uses siempre.
En el almacén había un frasco enorme de COMPRENSIÓN; como el vendedor dijo que era poco vendida, entonces decidí comprártela toda.
Compré ROMANTICISMO y GENTILEZA, para que los puedas usar con las personas queridas.
En el almacén había un frasco grande de ORGULLO, pero no te lo compré, porque pienso que no te será útil.
Compré cajas de AMOR y de PAZ, así como de ESPERANZA, para que las uses cuando todo parezca perdido.
Sabes… en el almacén vi algo muy triste…
Vi muchas personas comprando SOLEDAD… tal era la venta de este producto, que se agotó.
Pero yo, en vez de eso, te compré dos grandes paquetes de AMISTAD y de COMPAÑERISMO.
Finalmente, te compré un gran CORAZÓN, para que puedas guardar todos estos regalos.
Ahora te los mando con todo mi cariño, deseando que tengas un maravilloso día y que luzcas en tu rostro, este pequeño paquete de SONRISAS, que también te compré.
Después pensé, que no sea uno, que sean varios…
Pensé que tenían que ser cosas que a ti te gustaran, y además, que te fueran útiles…
Fue así, que hoy me levanté más temprano y fui a buscar todo lo que imaginé.
Compré SOL, LLUVIA, VIENTO, ROCÍO… y tan solo 5 gramos de LÁGRIMAS.
Compré un paquete de RAZÓN para que la mezcles con otro de SENTIMIENTOS.
Compré SINCERIDAD para que la uses siempre.
En el almacén había un frasco enorme de COMPRENSIÓN; como el vendedor dijo que era poco vendida, entonces decidí comprártela toda.
Compré ROMANTICISMO y GENTILEZA, para que los puedas usar con las personas queridas.
En el almacén había un frasco grande de ORGULLO, pero no te lo compré, porque pienso que no te será útil.
Compré cajas de AMOR y de PAZ, así como de ESPERANZA, para que las uses cuando todo parezca perdido.
Sabes… en el almacén vi algo muy triste…
Vi muchas personas comprando SOLEDAD… tal era la venta de este producto, que se agotó.
Pero yo, en vez de eso, te compré dos grandes paquetes de AMISTAD y de COMPAÑERISMO.
Finalmente, te compré un gran CORAZÓN, para que puedas guardar todos estos regalos.
Ahora te los mando con todo mi cariño, deseando que tengas un maravilloso día y que luzcas en tu rostro, este pequeño paquete de SONRISAS, que también te compré.
Como decir las cosas
Una sabia y conocida anécdota dice que en una ocasión, un Sultán soñó que había perdido todos los dientes.
Después de despertar, mandó llamar a un Adivino para que interpretara su sueño.
-¡Qué desgracia Mi Señor! -exclamó el Adivino- Cada diente caído representa la pérdida de un pariente de Vuestra Majestad.
¡Qué insolencia! -gritó el Sultán enfurecido- ¿Cómo te atreves a decirme semejante cosa? ¡¡Fuera de aquí!!!
Llamó a su guardia y ordenó que le dieran cien latigazos.
Después de despertar, mandó llamar a un Adivino para que interpretara su sueño.
-¡Qué desgracia Mi Señor! -exclamó el Adivino- Cada diente caído representa la pérdida de un pariente de Vuestra Majestad.
¡Qué insolencia! -gritó el Sultán enfurecido- ¿Cómo te atreves a decirme semejante cosa? ¡¡Fuera de aquí!!!
Llamó a su guardia y ordenó que le dieran cien latigazos.
Más tarde ordenó que le trajesen a otro Adivino y le contó lo que había soñado.
Éste, después de escuchar al Sultán con atención, le dijo:
-¡Excelso Señor! Gran felicidad os ha sido reservada. El sueño significa que sobreviviréis a todos vuestros parientes.
El semblante del Sultán se iluminó y con una gran sonrisa…
Éste, después de escuchar al Sultán con atención, le dijo:
-¡Excelso Señor! Gran felicidad os ha sido reservada. El sueño significa que sobreviviréis a todos vuestros parientes.
El semblante del Sultán se iluminó y con una gran sonrisa…
…ordenó que le dieran cien monedas de oro al segundo Adivino.
Cuando éste salía del palacio, uno de los guardias le dijo admirado:
-¡No es posible!. La interpretación que habéis hecho de los sueños es la misma que la del primer Adivino. No entiendo por qué al primero le pagó con cien latigazos y a ti con cien monedas de oro.
Cuando éste salía del palacio, uno de los guardias le dijo admirado:
-¡No es posible!. La interpretación que habéis hecho de los sueños es la misma que la del primer Adivino. No entiendo por qué al primero le pagó con cien latigazos y a ti con cien monedas de oro.
-Recuerda bien amigo mío – respondió el segundo Adivino – que todo depende de la forma en que decimos las cosas…. uno de los grandes desafíos de la humanidad es aprender el arte de comunicarse.
El anillo del Rey
Hubo una vez un rey que dijo a los sabios de la corte:
- Me estoy fabricando un precioso anillo. He conseguido uno de los mejores diamantes posibles.
Quiero guardar oculto dentro del anillo algún mensaje que pueda ayudarme en momentos de desesperación total, y que ayude a mis herederos, y a los herederos de mis herederos, para siempre.
Tiene que ser un mensaje pequeño, de manera que quepa debajo del diamante del anillo.
Todos quienes escucharon eran sabios, grandes eruditos; podrían haber escrito grandes tratados, pero darle un mensaje de no más de dos o tres palabras que le pudieran ayudar en momentos de desesperación total…
Pensaron, buscaron en sus libros, pero no podían encontrar nada.
El rey tenía un anciano sirviente que también había sido sirviente de su padre.
La madre del rey murió pronto y este sirviente cuidó de él, por lo tanto, lo trataba como si fuera de la familia.
El rey sentía un inmenso respeto por el anciano, de modo que también lo consultó.
Y éste le dijo:
-No soy un sabio, ni un erudito, ni un académico, pero conozco el mensaje.
Durante mi larga vida en palacio, me he encontrado con todo tipo de gente, y en una ocasión me encontré con un místico. Era invitado de tu padre y yo estuve a su servicio.
Cuando se iba, como gesto de agradecimiento, me dio este mensaje; – el anciano lo escribió en un diminuto papel, lo dobló y se lo dio al rey -.
Pero no lo leas – le dijo – mantenlo escondido en el anillo.
Ábrelo sólo cuando todo lo demás haya fracasado, cuando no encuentres salida a la situación -
Ese momento no tardó en llegar. El país fue invadido y el rey perdió el reino.
Estaba huyendo en su caballo para salvar la vida, y sus enemigos lo perseguían.
Estaba solo y los perseguidores eran numerosos. Llegó a un lugar donde el camino se acababa, no había salida: enfrente había un precipicio y un profundo valle; caer por él sería el fin. Y no podía volver porque el enemigo le cerraba el camino.
Ya podía escuchar el trotar de los caballos. No podía seguir hacia adelante y no había ningún otro camino…
De repente, se acordó del anillo. Lo abrió, sacó el papel y allí encontró un pequeño mensaje tremendamente valioso:
Simplemente decía: “ESTO TAMBIÉN PASARÁ”.
Mientras leía “ESTO TAMBIÉN PASARÁ” sintió que se cernía sobre él un gran silencio.
Los enemigos que le perseguían debían haberse perdido en el bosque, o debían haberse equivocado de camino, pero lo cierto es que poco a poco dejó de escuchar el trote de los caballos.
El rey se sentía profundamente agradecido al sirviente y al místico desconocido.
Aquellas palabras habían resultado milagrosas. Dobló el papel, volvió a ponerlo en el anillo, reunió a sus ejércitos y reconquistó el reino. Y el día que entraba de nuevo victorioso en la capital hubo una gran celebración con música, bailes…, y él se sentía muy orgulloso de sí mismo.
El anciano estaba a su lado en el carro y le dijo:
- Este momento también es adecuado: vuelve a mirar el mensaje.
- ¿ Qué quieres decir? – preguntó el rey -. Ahora estoy victorioso, la gente celebra mi vuelta, no estoy desesperado, no me encuentro en una situación sin salida.
- Escucha, – dijo el anciano – este mensaje no es sólo para situaciones desesperadas; también es para situaciones placenteras. No es sólo para cuando estás derrotado; también es para cuando te sientes victorioso. No es sólo para cuando eres el último; también es para cuando eres el primero.
El rey abrió el anillo y leyó el mensaje: “ESTO TAMBIÉN PASARÁ”, y nuevamente sintió la misma paz, el mismo silencio, en medio de la muchedumbre que celebraba y bailaba, pero el orgullo, el ego, habían desaparecido.
El rey pudo terminar de comprender el mensaje.
Se había iluminado.
Entonces el anciano le dijo:
- Recuerda que todo pasa. Ninguna cosa ni ninguna emoción son permanentes.
Como el día y la noche, hay momentos de alegría y momentos de tristeza.
Acéptalos como parte de la dualidad de la naturaleza porque son la naturaleza misma de las cosas.
(autor desconocido
- Me estoy fabricando un precioso anillo. He conseguido uno de los mejores diamantes posibles.
Quiero guardar oculto dentro del anillo algún mensaje que pueda ayudarme en momentos de desesperación total, y que ayude a mis herederos, y a los herederos de mis herederos, para siempre.
Tiene que ser un mensaje pequeño, de manera que quepa debajo del diamante del anillo.
Todos quienes escucharon eran sabios, grandes eruditos; podrían haber escrito grandes tratados, pero darle un mensaje de no más de dos o tres palabras que le pudieran ayudar en momentos de desesperación total…
Pensaron, buscaron en sus libros, pero no podían encontrar nada.
El rey tenía un anciano sirviente que también había sido sirviente de su padre.
La madre del rey murió pronto y este sirviente cuidó de él, por lo tanto, lo trataba como si fuera de la familia.
El rey sentía un inmenso respeto por el anciano, de modo que también lo consultó.
Y éste le dijo:
-No soy un sabio, ni un erudito, ni un académico, pero conozco el mensaje.
Durante mi larga vida en palacio, me he encontrado con todo tipo de gente, y en una ocasión me encontré con un místico. Era invitado de tu padre y yo estuve a su servicio.
Cuando se iba, como gesto de agradecimiento, me dio este mensaje; – el anciano lo escribió en un diminuto papel, lo dobló y se lo dio al rey -.
Pero no lo leas – le dijo – mantenlo escondido en el anillo.
Ábrelo sólo cuando todo lo demás haya fracasado, cuando no encuentres salida a la situación -
Ese momento no tardó en llegar. El país fue invadido y el rey perdió el reino.
Estaba huyendo en su caballo para salvar la vida, y sus enemigos lo perseguían.
Estaba solo y los perseguidores eran numerosos. Llegó a un lugar donde el camino se acababa, no había salida: enfrente había un precipicio y un profundo valle; caer por él sería el fin. Y no podía volver porque el enemigo le cerraba el camino.
Ya podía escuchar el trotar de los caballos. No podía seguir hacia adelante y no había ningún otro camino…
De repente, se acordó del anillo. Lo abrió, sacó el papel y allí encontró un pequeño mensaje tremendamente valioso:
Simplemente decía: “ESTO TAMBIÉN PASARÁ”.
Mientras leía “ESTO TAMBIÉN PASARÁ” sintió que se cernía sobre él un gran silencio.
Los enemigos que le perseguían debían haberse perdido en el bosque, o debían haberse equivocado de camino, pero lo cierto es que poco a poco dejó de escuchar el trote de los caballos.
El rey se sentía profundamente agradecido al sirviente y al místico desconocido.
Aquellas palabras habían resultado milagrosas. Dobló el papel, volvió a ponerlo en el anillo, reunió a sus ejércitos y reconquistó el reino. Y el día que entraba de nuevo victorioso en la capital hubo una gran celebración con música, bailes…, y él se sentía muy orgulloso de sí mismo.
El anciano estaba a su lado en el carro y le dijo:
- Este momento también es adecuado: vuelve a mirar el mensaje.
- ¿ Qué quieres decir? – preguntó el rey -. Ahora estoy victorioso, la gente celebra mi vuelta, no estoy desesperado, no me encuentro en una situación sin salida.
- Escucha, – dijo el anciano – este mensaje no es sólo para situaciones desesperadas; también es para situaciones placenteras. No es sólo para cuando estás derrotado; también es para cuando te sientes victorioso. No es sólo para cuando eres el último; también es para cuando eres el primero.
El rey abrió el anillo y leyó el mensaje: “ESTO TAMBIÉN PASARÁ”, y nuevamente sintió la misma paz, el mismo silencio, en medio de la muchedumbre que celebraba y bailaba, pero el orgullo, el ego, habían desaparecido.
El rey pudo terminar de comprender el mensaje.
Se había iluminado.
Entonces el anciano le dijo:
- Recuerda que todo pasa. Ninguna cosa ni ninguna emoción son permanentes.
Como el día y la noche, hay momentos de alegría y momentos de tristeza.
Acéptalos como parte de la dualidad de la naturaleza porque son la naturaleza misma de las cosas.
(autor desconocido
¿Zanahoria, huevo o café?
La hija se quejaba con su padre acerca de su vida y de como las cosas le resultaban tan difíciles.
No sabía como hacer para seguir adelante y creía que se daría por vencida.
Estaba cansada de luchar.
Parecía que cuando solucionaba un problema, aparecía otro.
Su padre, un chef de cocina, la llevó a su lugar de trabajo.
Allí llenó tres ollas con agua y las colocó sobre fuego fuerte.
Pronto el agua de las tres ollas estaba hirviendo.
En una de las ollas colocó zanahorias, en otra colocó huevos y en la última colocó granos de café.
Las dejó hervir sin decir palabra.
Su hija esperó impacientemente, preguntándose que estaría haciendo su padre.
A los veinte minutos el padre apagó el fuego.
Sacó las zanahorias y las colocó en un tazón.
Sacó los huevos y los colocó en otro plato.
Finalmente, coló el café y lo puso en un tercer recipiente.
Mirando a su hija le dijo: “Querida hija, ¿qué ves?”
-”Zanahorias, huevos y café”, fue su respuesta.
La hizo acercarse y le pidió que tocara las zanahorias.
Ella lo hizo y notó que estaban blandas.
Luego le pidió que tomara un huevo y lo rompiera.
Luego de sacarle la cáscara, observó el huevo duro.
Luego le pidió que probara el café.
Ella sonrió mientras disfrutaba de su rico aroma.
Humíldemente la hija preguntó: -”¿Qué significa esto, padre?”
El entonces le explicó que los tres elementos habían enfrentado la misma adversidad: el agua hirviendo, pero habían reaccionado en forma diferente.
La zanahoria llegó al agua fuerte y dura, pero después de pasar por el agua hirviendo, se había vuelto débil y fácil de deshacer.
El huevo había llegado al agua frágil, su cáscara fina protegía su interior líquido; pero después de estar en agua hirviendo, su interior se había endurecido.
Los granos de café sin embargo, eran únicos; después de estar en el agua hirviendo, habían cambiado al agua.
- “¿Cuál eres tú?”, le preguntó a su hija.
- “Cuando la adversidad llama a tu puerta, ¿cómo respondes?
¿Eres una zanahoria que parece fuerte, pero que cuando la adversidad y el dolor te tocan, te vuelves débil y pierdes tu fortaleza?
¿Eres un huevo, que comienza con un corazón maleable?.
¿Poseías un espíritu fluido, pero después de una muerte, una separación, o un despido te has vuelto duro y rígido?
Por fuera te ves igual, pero… ¿eres amargado y áspero, con un espíritu y un corazón endurecido?.
¿o eres como un grano de café?
El café cambia al agua hirviente, el elemento que le causa dolor. Cuando el agua llega al punto de ebullición el café alcanza su mejor sabor.
Si eres como el grano de café, cuando las cosas se ponen peor tú reaccionas mejor y haces que las cosas a tu alrededor
mejoren.
Y tú, ¿cuál de los tres eres?”
Y uno aprende
Después de un tiempo, uno aprende la sutil diferencia entre sostener una mano y encadenar un alma.
Y uno aprende que el amor no significa acostarse y una compañía no significa seguridad, y uno empieza a aprender… que los besos no son contratos y los regalos no son promesas, y uno empieza a aceptar sus derrotas con la cabeza alta y los ojos abiertos.
Y uno aprende a construir todos sus caminos en el hoy, porque el terreno de mañana es demasiado inseguro para planes…, y los futuros tienen una forma de caerse en la mitad.
Y después de un tiempo uno aprende que si es demasiado, hasta el calorcito del sol quema.
Así que uno planta su propio jardín y decora su propia alma, en lugar de esperar a que alguien le traiga flores.
Y uno aprende que realmente puede aguantar, que uno realmente es fuerte, que uno realmente vale, que uno aprende y aprende…, y con cada día uno aprende.
(Autor desconocido)
Ser creativo
Cuenta una antigua leyenda, que en la Edad Media un hombre muy virtuoso fue injustamente acusado de haber asesinado a una mujer. En realidad el verdadero autor era una persona muy influyente del reino y por eso desde el primer momento se procuro un chivo expiatorio para encubrir al culpable.
El hombre fue llevado a juicio ya conociendo que tendría escasas o nulas chances de escapar al terrible veredicto…
¡¡¡ la horca !!!
El Juez, también complotado, cuidó no obstante de dar todo el aspecto de un juicio justo por ello dijo al acusado:
“Conociendo tu fama de hombre justo y devoto del Señor, vamos a dejar en manos de Él tu destino; vamos a escribir en dos papeles separados las palabras culpable e inocente; Tú escogerás y será la mano de Dios la que decida tu destino”.
Por supuesto, el mal funcionario había preparado dos papeles con la misma leyenda “CULPABLE” y la pobre víctima aun sin conocer los detalles se daba cuenta que el sistema propuesto era una trampa. No había escapatoria.
El Juez invitó al hombre a tomar uno de los papeles doblados. Este respiro profundamente, quedo en silencio unos cuantos segundos con los ojos cerrados, y cuando la sala comenzaba ya a impacientarse, abrió los ojos y con una extraña sonrisa tomo uno de los papeles y llevándolo a su boca lo engullo rápidamente.
Sorprendidos e indignados los presentes le reprocharon airadamente: “¿Pero que hizo?, ¿Y ahora?, ¿Cómo vamos a saber el veredicto?”
-”Es muy sencillo -respondió el hombre-, es cuestión de leer el papel que queda y sabremos lo que decía el que me he tragado”.
Con rezongos y bronca mal disimulada, debieron liberar al acusado y jamás volvieron a molestarlo.
Moraleja:
SEA CREATIVO; CUANDO TODO PAREZCA PERDIDO, USE LA IMAGINACIÓN.
“En los momentos de crisis solo la imaginación es más importante que el conocimiento.” (Albert Einstein)
El hombre fue llevado a juicio ya conociendo que tendría escasas o nulas chances de escapar al terrible veredicto…
¡¡¡ la horca !!!
El Juez, también complotado, cuidó no obstante de dar todo el aspecto de un juicio justo por ello dijo al acusado:
“Conociendo tu fama de hombre justo y devoto del Señor, vamos a dejar en manos de Él tu destino; vamos a escribir en dos papeles separados las palabras culpable e inocente; Tú escogerás y será la mano de Dios la que decida tu destino”.
Por supuesto, el mal funcionario había preparado dos papeles con la misma leyenda “CULPABLE” y la pobre víctima aun sin conocer los detalles se daba cuenta que el sistema propuesto era una trampa. No había escapatoria.
El Juez invitó al hombre a tomar uno de los papeles doblados. Este respiro profundamente, quedo en silencio unos cuantos segundos con los ojos cerrados, y cuando la sala comenzaba ya a impacientarse, abrió los ojos y con una extraña sonrisa tomo uno de los papeles y llevándolo a su boca lo engullo rápidamente.
Sorprendidos e indignados los presentes le reprocharon airadamente: “¿Pero que hizo?, ¿Y ahora?, ¿Cómo vamos a saber el veredicto?”
-”Es muy sencillo -respondió el hombre-, es cuestión de leer el papel que queda y sabremos lo que decía el que me he tragado”.
Con rezongos y bronca mal disimulada, debieron liberar al acusado y jamás volvieron a molestarlo.
Moraleja:
SEA CREATIVO; CUANDO TODO PAREZCA PERDIDO, USE LA IMAGINACIÓN.
“En los momentos de crisis solo la imaginación es más importante que el conocimiento.” (Albert Einstein)
Monday, November 25, 2013
Táctica y estrategia ~ poema ~
Mi táctica es
mirarte
aprender como sos
quererte como sos
mi táctica es
hablarte
y escucharte
construir con palabras
un puente indestructible
mi táctica es
quedarme en tu recuerdo
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
pero quedarme en vos
mi táctica es
ser franco
y saber que sos franca
y que no nos vendamos
simulacros
para que entre los dos
no haya telón
ni abismos
mi estrategia es
en cambio
más profunda y más
simple
mi estrategia es
que un día cualquiera
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
por fin me necesites
mirarte
aprender como sos
quererte como sos
mi táctica es
hablarte
y escucharte
construir con palabras
un puente indestructible
mi táctica es
quedarme en tu recuerdo
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
pero quedarme en vos
mi táctica es
ser franco
y saber que sos franca
y que no nos vendamos
simulacros
para que entre los dos
no haya telón
ni abismos
mi estrategia es
en cambio
más profunda y más
simple
mi estrategia es
que un día cualquiera
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
por fin me necesites
Esfuérzate en ser feliz
Anda plácidamente entre el ruido y la prisa, y recuerda que paz puede haber en el silencio.
Vive en buenos términos con todas las personas, todo lo que puedas sin rendirte.
Di tu verdad tranquila y claramente; escucha a los demás, incluso al aburrido y al ignorante; ellos también tienen su historia.
Evita las personas ruidosas y agresivas, sin fijaciones al espíritu.
Si te comparas con otros puedes volverte vanidoso y amargo, porque siempre habrá personas más grandes y más pequeñas que tú.
Disfruta de tus logros así como de tus planes.
Mantén el interés en tu propia carrera, aunque sea humilde; es una verdadera posición en las cambiantes fortunas del tiempo.
Usa la precaución en tus negocios; porque el mundo está lleno de trampas. Pero no por eso te ciegues a la virtud que pueda existir; lucha por los altos ideales; y en toda parte la vida está llena de heroísmo.
Sé tú mismo. Especialmente no finjas afectos.
Tampoco seas cínico respecto al amor; porque frente a toda aridez y desencanto, el amor es perenne como la hierba.
Acoge mansamente el consejo de los años, renunciando graciosamente a las cosas de la juventud.
Nutre tu fuerza espiritual para que te proteja en la desgracia repentina. Pero no te angusties con fantasías. Muchos temores nacen de la fatiga y la soledad.
Con una sana disciplina, sé amable contigo mismo.
Tú eres una criatura del universo, no menos que los árboles y las estrellas: tú tienes derecho a estar aquí. Y te resulte evidente o no, sin duda el universo se desenvuelve como debe.
Por lo tanto, mantente en la paz de Dios; de cualquier modo que lo concibas y cualesquiera sean tus trabajos y aspiraciones, mantén en la ruidosa confusión, paz con tu alma.
Con todas sus farsas, trabajos y sueños rotos, este sigue siendo un mundo hermoso.
TEN CUIDADO. ESFUÉRZATE EN SER FELIZ.
Max Ehrmann
(1872-1945)
Momentos de la vida
Algunos de los mejores momentos de la vida
Enamorarse.
Volver a enamorarse cuando creías que ya no podías volver a enamorarte.
Reirte hasta que te duele la panza.
Encontrar miles de e-mails de tus amigos cuando vuelves de las vacaciones.
El nacimiento de un hijo.
Saber que eres el refugio de alguien cuando ese alguien se siente afligido.
Tener a alguien con quien acurrucarte en la cama en una tarde muy fría y lluviosa.
Escuchar tu canción favorita en la radio.
Encontrar casualmente entre tus cosas un dibujo que te regaló tu hijo o hija.
Acostarte en tu cama y escuchar como llueve afuera.
Aprobar tu último examen.
Poder “estar de vacaciones” fuera de casa.
Recibir una llamada de alguien que hace mucho que no ves y que te quiere ver.
Una buena conversación con un ser querido.
Encontrar mensajes en tu contestador telefónico cada vez que regresas a casa.
Escuchar accidentalmente que alguien dice algo bueno de ti.
Tener a alguien que te dice “abrígate que hace frío”.
Detener el auto en el medio de la nada a escuchar como cae la lluvia sobre el techo.
Descubrir a un amigo que no sabías que quería ser tu amigo o amiga.
Despertarte pensando que ya tienes que levantarte y darte cuenta de que todavía puedes seguir durmiendo un par de horas más.
Que alguien te diga, “gracias por escucharme”.
Escuchar una canción que te hace recordar a “esa persona especial”.
Oler un aroma y recordar así, a “esa persona especial”.
Ser parte de un equipo de trabajo.
Ganarse un ascenso en el trabajo.
Recibir un aumento de sueldo cuando no lo esperabas.
El primer beso en la boca.
Que alguien te diga “gracias por tu consejo”.
Ver a un amigo y recordar que tienes muchas historias en común; saber que ese amigo o amiga es parte de tu historia.
Ver una película montones de veces y emocionarte siempre en las mismas escenas.
Hacer nuevos amigos.
Que alguien te diga que algo te queda bien.
Conocer gente “nueva” y asombrarte por descubrir cuanta gente “linda” existe.
Extrañar a alguien en cuanto ya no estás con el o ella.
Reunirte con viejos amigos solamente para recordar siempre las mismas “viejas anécdotas”, esas que puedes recordar miles de veces y siempre disfrutas como si fuera la primera vez.
Pasar un momento con tus mejores amigos, haciendo lo que sea.
Ver felices a las personas que quieres.
Que alguien te llame solo para decirte: “tenía ganas de decirte que te amo”.
Ver sanas y saludables a las personas que quieres.
Usar una prenda de la persona que te amas y que todavía huela a su perfume.
Volver a ver a un viejo amigo, uno que no ves desde hace mucho tiempo y sentir que el tiempo no pasó y que tu amistad no cambió.
Curarte de una enfermedad.
Tener a alguien que acepta todos tus defectos y ama todas tus virtudes; que te acepta tal y como eres.
Mirar una puesta de sol junto a la persona que amas.
Que te hagan sentir orgulloso por tu hijo o hija.
Tener a alguien que te diga que te quiere y que te extraña.
Que alguien hable bien de ti delante de otros.
Tener a alguien que valora de ti aquello que ni siquiera tu valoras.
Tener a alguien que te muestra tus errores porque quiere que seas mejor, no porque no los acepta.
Tener a alguien que se da cuenta cuando no estás.
Tener a alguien que te espera en casa.
Enamorarse.
Volver a enamorarse cuando creías que ya no podías volver a enamorarte.
Reirte hasta que te duele la panza.
Encontrar miles de e-mails de tus amigos cuando vuelves de las vacaciones.
El nacimiento de un hijo.
Saber que eres el refugio de alguien cuando ese alguien se siente afligido.
Tener a alguien con quien acurrucarte en la cama en una tarde muy fría y lluviosa.
Escuchar tu canción favorita en la radio.
Encontrar casualmente entre tus cosas un dibujo que te regaló tu hijo o hija.
Acostarte en tu cama y escuchar como llueve afuera.
Aprobar tu último examen.
Poder “estar de vacaciones” fuera de casa.
Recibir una llamada de alguien que hace mucho que no ves y que te quiere ver.
Una buena conversación con un ser querido.
Encontrar mensajes en tu contestador telefónico cada vez que regresas a casa.
Escuchar accidentalmente que alguien dice algo bueno de ti.
Tener a alguien que te dice “abrígate que hace frío”.
Detener el auto en el medio de la nada a escuchar como cae la lluvia sobre el techo.
Descubrir a un amigo que no sabías que quería ser tu amigo o amiga.
Despertarte pensando que ya tienes que levantarte y darte cuenta de que todavía puedes seguir durmiendo un par de horas más.
Que alguien te diga, “gracias por escucharme”.
Escuchar una canción que te hace recordar a “esa persona especial”.
Oler un aroma y recordar así, a “esa persona especial”.
Ser parte de un equipo de trabajo.
Ganarse un ascenso en el trabajo.
Recibir un aumento de sueldo cuando no lo esperabas.
El primer beso en la boca.
Que alguien te diga “gracias por tu consejo”.
Ver a un amigo y recordar que tienes muchas historias en común; saber que ese amigo o amiga es parte de tu historia.
Ver una película montones de veces y emocionarte siempre en las mismas escenas.
Hacer nuevos amigos.
Que alguien te diga que algo te queda bien.
Conocer gente “nueva” y asombrarte por descubrir cuanta gente “linda” existe.
Extrañar a alguien en cuanto ya no estás con el o ella.
Reunirte con viejos amigos solamente para recordar siempre las mismas “viejas anécdotas”, esas que puedes recordar miles de veces y siempre disfrutas como si fuera la primera vez.
Pasar un momento con tus mejores amigos, haciendo lo que sea.
Ver felices a las personas que quieres.
Que alguien te llame solo para decirte: “tenía ganas de decirte que te amo”.
Ver sanas y saludables a las personas que quieres.
Usar una prenda de la persona que te amas y que todavía huela a su perfume.
Volver a ver a un viejo amigo, uno que no ves desde hace mucho tiempo y sentir que el tiempo no pasó y que tu amistad no cambió.
Curarte de una enfermedad.
Tener a alguien que acepta todos tus defectos y ama todas tus virtudes; que te acepta tal y como eres.
Mirar una puesta de sol junto a la persona que amas.
Que te hagan sentir orgulloso por tu hijo o hija.
Tener a alguien que te diga que te quiere y que te extraña.
Que alguien hable bien de ti delante de otros.
Tener a alguien que valora de ti aquello que ni siquiera tu valoras.
Tener a alguien que te muestra tus errores porque quiere que seas mejor, no porque no los acepta.
Tener a alguien que se da cuenta cuando no estás.
Tener a alguien que te espera en casa.
Las manos del abuelo
Nunca volveré a ver mis manos de la misma manera…
El abuelo, con noventa y tantos años, sentado débilmente en el banco del patio, no se movía: solo estaba sentado cabizbajo mirando sus manos.
Cuando me senté a su lado no se dió por enterado, y entre mas tiempo pasaba, me pregunté si realmente estaba bien.
Finalmente, no queriendo estorbarle sino verificar que estuviese bien, le pregunté como se sentía.
Levantó su cabeza, me miró y sonrió. “Estoy bien, gracias por preguntar”, dijo con una fuerte y clara voz.
“No quise molestarte, abuelo, pero estabas sentado aquí simplemente mirando tus manos y quise estar seguro de que estuvieses bien”, le expliqué.
El abuelo me preguntó: “¿Te has mirado alguna vez tus manos?; quiero decir, ¿realmente te has mirado tus manos?”
Solté mis manos de las de mi abuelo, las abrí y me quedé contemplándolas. Las volteé, palmas hacia arriba y luego hacia abajo.
No, creo que realmente nunca las había observado.
El abuelo sonrió y me contó esta historia:
“Detente y piensa por un momento acerca de tus manos, cómo te han servido a través de los años.
Estas manos, aunque arrugadas, secas y débiles han sido las herramientas que he usado toda mi vida para alcanzar, agarrar y abrazar la vida.
Ellas pusieron comida en mi boca y ropa en mi cuerpo.
Cuando niño, mi madre me enseñó a juntarlas en oración.
Ellas ataron los cordones de mis zapatos y me ayudaron a ponerme mis botas.
Han estado sucias, raspadas y ásperas, hinchadas y dobladas.
Mis manos se mostraron torpes cuando intenté sostener a mi hijo recién nacido.
Adornadas con mi anillo de bodas, le mostraron al mundo que estaba casado y que amaba a alguien muy especial.
Ellas temblaron cuando enterré a mis padres y esposa, y cuando caminé hacia el altar con mi hija en su boda.
Han cubierto mi rostro, peinado mi cabello, lavado y limpiado el resto de mi cuerpo.
Y hasta el día de hoy, cuando casi nada más en mí sigue trabajando bien, estas manos me ayudan a levantarme y a sentarme, y se siguen uniendo para orar.
Estas manos son la marca de dónde he estado y de la rudeza de mi vida.
Pero más importante aún, es que son ellas las que Dios tomará en las suyas cuando me lleve a Su presencia”.
Desde entonces, nunca he podido ver mis manos de la misma manera…
Y aún recuerdo cuando Dios estiró las Suyas y tomó las de mi abuelo y lo llevó ante Su presencia.
Cada vez que voy a usar mis manos pienso en mi abuelo… es cierto que nuestras manos son una bendición.
Hoy me pregunto… ¿qué estoy haciendo con mis manos?
¿Las estaré usando para abrazar y expresar cariño o las estaré esgrimiendo para expresar ira y rechazo hacia los demás?.
(autor desconocido)
Alma soñadora
Tal vez, no poseemos de alas “físicamente”, pero en nuestro interior crecen día a día, con nuestros fracasos y éxitos.
Hay veces, en las que olvidamos su existencia, que han caído y se han debilitado a medida que el tiempo pasa.
No podemos conseguir volar con nuestro cuerpo, pero lo puedes lograr con tu alma…
Deambular kilómetros y kilómetros, consciente de cada uno de mis pasos, junto a la naturaleza escoltada a mi alrededor. Sentir la alegría que habita en mí.
Puede que no sea un viaje real, sin embargo, en mi interior lo es. Quizás es contra el tiempo, pero en mi viaje oportuno, el tiempo se desvanece, no existe. Solo doy paso a la tranquilidad y alegría.
Puedo percibir cada estruendo de la naturaleza, melodías íntimas creando sinfonías, y el viento agolparse entre sí.
El poder observar cada detalle encubierto día a día, que me da a conocer el destino.
Sentir mi cuerpo sostenido en el aire… reflejando recuerdos, alegrías y felicidad. Al igual que en la realidad.
No contengo mis alas físicamente, pero cada vez se fortalecen más y más, con mis hábitos y alegrías.
Ximena Carrasco Vasquez
Sunday, November 24, 2013
Tres deseos al morir
1) Que su ataud fuese cargado por los mejores medicos de la epoca.
2) Que los tesoros que tenia, fueran esparcidos por el camino hasta su tumba.
3) Que sus manos quedaran en el aire fuera del ataud a la vista de todos.
? Alguien asombrado le pregunto cuales eran sus razones?
El explico:
1) Quiero que los mas eminentes medicos carguen mi ataud, para demostrar que ellos NO tienen ante la muerte el poder de curar. 2) Quiero que el suelo sea cubierto por mis tesoros, para que todos puedan ver que los bienes materiales aqui conquistados, aqui se quedan.
3) Quiero que mis manos queden descubiertas fuera del ataud, para que las personas puedan ver que vinimos con las manos vacias, y con las manos vacias partimos, al morir nada material te llevas…
“EL TIEMPO” es el tesoro mas valioso que tenemos, podemos producir mas dinero, pero no mas tiempo…!
EL MEJOR REGALO que le puedes dar a alguien es TU TIEMPO
Las madres siempre son necesarias
Un día mi mama salió y quedé a cargo de mi papa.
Yo tendría quizás 2 años y medio.
Alguien me había regalado un juego de té y era uno de mis juguetes favoritos.
Mi papá estaba en la sala mirando el noticiero cuando le llevé una tacita con té, que era solamente agua.
Después de varias tazas de té y de muchas alabanzas por la riquísima bebida, mi mamá llegó a la casa.
Mi papá la hizo esperar en la entrada para que me viera traerle otra taza de té, porque le parecía la cosa mas tierna que había visto.
Mi mamá esperó, me vio venir caminando por el pasillo con la taza de té para mi papá y lo miró mientras se la tomaba.
Entonces, rompiendo todo el encanto, mi mamá dijo:
Se te ocurrió pensar que por su altura el único lugar del que ella puede alcanzar agua es… del inodoro ????
Como.dejarte saber
Que nadie establece normas, salvo la vida.
Que la vida sin ciertas normas pierde la forma.
Que la forma no se pierde con abrirnos.
Que abrirnos no es amar indiscriminadamente.
Que no esta prohibido amar, que también se puede odiar.
Que el odio y el amor son afectos.
Que la agresión porque sí duele mucho.
Que las heridas se cierran, que las puertas no deben cerrarse.
Que la mayor puerta es el afecto.
Que los afectos nos definen.
Que definirse no es remar contra la corriente.
Que cuanto más fuete es el trazo mas se dibuja.
Que buscar un equilibrio no implica ser tibio.
Que negar palabras implica abrir distancias.
Que encontrarse es muy hermoso.
Que el sexo forma parte de lo hermoso de la vida,
Que la vida forma parte del sexo.
Que el por qué de los niños, tiene un porque.
Que el querer saber de alguien, no es sólo curiosidad.
Que el querer saber todo de todos, es curiosidad malsana,
Que nunca está de más agradecer.
Que autodeterminación, no es hacer las cosas solo.
Que nadie quiere estar solo.
Que para no estar solo hay que dar,
Que para dar debemos recibir antes.
Que para que nos den también hay que saber pedir
Que saber pedir no es regalarse.
Que regalarse en definitiva es no quererse.
Que para que nos quieran, debemos demostrar qué somos.
Que para que alguien sea, hay que ayudarlo.
Que ayudar es poder alentar y apoyar.
Que adular no es apoyar,
Que adular es tan pernicioso como dar vuelta la cara.
Que las cosas cara a cara son más honestas,
Que nadie es más honesto porque no roba.
Que quien roba, no es ladrón por placer.
Que cuando no hay placer en las cosas, no se está viviendo
Que para sentir la vida, no hay que olvidarse que existe la muerte.
Que se puede estar muerto en vida.
Que se siente con el cuerpo y con la mente.
Que con los oídos se escucha,
Que cuesta ser sensibles, y no herirse
Que herirse no es desangrarse
Que para no ser heridos, levantamos muros
Que quien siembra muros, no cosecha nada
Que casi todos somos albañiles de muros
Que sería mejor construir puentes
Que sobre ellos se va a la otra orilla, y que también se vuelve.
Que volver, no implica retroceder.
Que al retroceder, también se puede avanzar.
Que no por mucho avanzar, se amanece más cerca del sol
¡Cómo hacerte saber que nadie establece normas, salvo la vida!
Walt Whitman
Que la vida sin ciertas normas pierde la forma.
Que la forma no se pierde con abrirnos.
Que abrirnos no es amar indiscriminadamente.
Que no esta prohibido amar, que también se puede odiar.
Que el odio y el amor son afectos.
Que la agresión porque sí duele mucho.
Que las heridas se cierran, que las puertas no deben cerrarse.
Que la mayor puerta es el afecto.
Que los afectos nos definen.
Que definirse no es remar contra la corriente.
Que cuanto más fuete es el trazo mas se dibuja.
Que buscar un equilibrio no implica ser tibio.
Que negar palabras implica abrir distancias.
Que encontrarse es muy hermoso.
Que el sexo forma parte de lo hermoso de la vida,
Que la vida forma parte del sexo.
Que el por qué de los niños, tiene un porque.
Que el querer saber de alguien, no es sólo curiosidad.
Que el querer saber todo de todos, es curiosidad malsana,
Que nunca está de más agradecer.
Que autodeterminación, no es hacer las cosas solo.
Que nadie quiere estar solo.
Que para no estar solo hay que dar,
Que para dar debemos recibir antes.
Que para que nos den también hay que saber pedir
Que saber pedir no es regalarse.
Que regalarse en definitiva es no quererse.
Que para que nos quieran, debemos demostrar qué somos.
Que para que alguien sea, hay que ayudarlo.
Que ayudar es poder alentar y apoyar.
Que adular no es apoyar,
Que adular es tan pernicioso como dar vuelta la cara.
Que las cosas cara a cara son más honestas,
Que nadie es más honesto porque no roba.
Que quien roba, no es ladrón por placer.
Que cuando no hay placer en las cosas, no se está viviendo
Que para sentir la vida, no hay que olvidarse que existe la muerte.
Que se puede estar muerto en vida.
Que se siente con el cuerpo y con la mente.
Que con los oídos se escucha,
Que cuesta ser sensibles, y no herirse
Que herirse no es desangrarse
Que para no ser heridos, levantamos muros
Que quien siembra muros, no cosecha nada
Que casi todos somos albañiles de muros
Que sería mejor construir puentes
Que sobre ellos se va a la otra orilla, y que también se vuelve.
Que volver, no implica retroceder.
Que al retroceder, también se puede avanzar.
Que no por mucho avanzar, se amanece más cerca del sol
¡Cómo hacerte saber que nadie establece normas, salvo la vida!
Walt Whitman
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