Anda plácidamente entre el ruido y la prisa, y recuerda que paz puede haber en el silencio.
Vive en buenos términos con todas las personas, todo lo que puedas sin rendirte.
Di tu verdad tranquila y claramente; escucha a los demás, incluso al aburrido y al ignorante; ellos también tienen su historia.
Evita las personas ruidosas y agresivas, sin fijaciones al espíritu.
Si te comparas con otros puedes volverte vanidoso y amargo, porque siempre habrá personas más grandes y más pequeñas que tú.
Disfruta de tus logros así como de tus planes.
Mantén el interés en tu propia carrera, aunque sea humilde; es una verdadera posición en las cambiantes fortunas del tiempo.
Usa la precaución en tus negocios; porque el mundo está lleno de trampas. Pero no por eso te ciegues a la virtud que pueda existir; lucha por los altos ideales; y en toda parte la vida está llena de heroísmo.
Sé tú mismo. Especialmente no finjas afectos.
Tampoco seas cínico respecto al amor; porque frente a toda aridez y desencanto, el amor es perenne como la hierba.
Acoge mansamente el consejo de los años, renunciando graciosamente a las cosas de la juventud.
Nutre tu fuerza espiritual para que te proteja en la desgracia repentina. Pero no te angusties con fantasías. Muchos temores nacen de la fatiga y la soledad.
Con una sana disciplina, sé amable contigo mismo.
Tú eres una criatura del universo, no menos que los árboles y las estrellas: tú tienes derecho a estar aquí. Y te resulte evidente o no, sin duda el universo se desenvuelve como debe.
Por lo tanto, mantente en la paz de Dios; de cualquier modo que lo concibas y cualesquiera sean tus trabajos y aspiraciones, mantén en la ruidosa confusión, paz con tu alma.
Con todas sus farsas, trabajos y sueños rotos, este sigue siendo un mundo hermoso.
TEN CUIDADO. ESFUÉRZATE EN SER FELIZ.
Max Ehrmann
(1872-1945)
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