Para ti, hijo mío, esta carta lleva un aroma especial, único, un amor que no se compara con nada… es lo más cercano al amor de Dios, eres mi hijo, mi sueño y mi realidad.
Todo puede pasar, pero este amor nunca morirá. Soy tu madre y eso es para siempre, como el amor que por ti siento.
Soy tu madre, la que se enfada, la que ríe, la que te abraza cuando la vida no te trata bien… soy muchas cosas para ti, pero sobretodo y por encima de todo, soy quien te ve como un hijo precioso, puedo mirar tus ojos y ver todo el mundo con sólo mirarte, eres mi prolongación, naciste con amor y así debes sentirte siempre: muy querido, respetado y bendecido. Eres mi amor, hijo mío.
Y si te escribo estas líneas es que nunca había sentido esta clase de amor, uno que se espera, uno que sé que no me dejará. Eres mi mitad, y mi corazón te pertenece para siempre.
Así es el amor de madre, entregada sin miedos, pues más allá de todas las circunstancias nunca estaré sola, pues tendré tu compañía.
Es verdad que te enseñé muchas cosas de la vida, pero tú también me enseñaste a ser madre.
Hoy recuerdo cuando por fin estabas en mis brazos, mi corazón se desbordó de amor por ti, ya jamás dejaría que nada y nadie te tocara. Prometí cuidarte y defenderte con mi vida si era necesario. Reía con tus cosas graciosas, cuando mi mundo se caía te abrazaba con mucha fuerza para sentirte cerca de mí, muy cerca…
Quiero lo mejor para ti, hijo;
quiero que lleves en tu corazón el amor del mundo, así serás un buen hombre y sabrás que a una mujer se le ama y se le respeta.
Te enseñaré a mirar con los ojos del corazón, así podrás distinguir el bien del mal. Quiero que seas mi orgullo, pues un día crecerás y tendrás tu propia vida, mientras tanto, déjame abrazarte y amarte como a nada en el mundo…
Un día te irás a formar tu familia y quiero que todos estén orgullosos de ti, que des el mismo amor que te fue entregado. Así seremos una familia que se formó bajo las normas de una vida feliz y llena de amor, para dar y repartir.
Hijo mío, sólo te pido que cuando ya tengas tu propia vida, seas leal a tus principios, nunca te alejes del conocimiento que te he dado, respeta a todos aunque no estés de acuerdo, tú sabrás lo que es bueno y malo para tu vida, sé bueno, haz que me sienta orgullosa de ser tu madre, por mi parte yo lo estoy desde antes que nacieras.
Todo puede pasar, pero este amor nunca morirá. Soy tu madre y eso es para siempre, como el amor que por ti siento.
Soy tu madre, la que se enfada, la que ríe, la que te abraza cuando la vida no te trata bien… soy muchas cosas para ti, pero sobretodo y por encima de todo, soy quien te ve como un hijo precioso, puedo mirar tus ojos y ver todo el mundo con sólo mirarte, eres mi prolongación, naciste con amor y así debes sentirte siempre: muy querido, respetado y bendecido. Eres mi amor, hijo mío.
Y si te escribo estas líneas es que nunca había sentido esta clase de amor, uno que se espera, uno que sé que no me dejará. Eres mi mitad, y mi corazón te pertenece para siempre.
Así es el amor de madre, entregada sin miedos, pues más allá de todas las circunstancias nunca estaré sola, pues tendré tu compañía.
Es verdad que te enseñé muchas cosas de la vida, pero tú también me enseñaste a ser madre.
Hoy recuerdo cuando por fin estabas en mis brazos, mi corazón se desbordó de amor por ti, ya jamás dejaría que nada y nadie te tocara. Prometí cuidarte y defenderte con mi vida si era necesario. Reía con tus cosas graciosas, cuando mi mundo se caía te abrazaba con mucha fuerza para sentirte cerca de mí, muy cerca…
Quiero lo mejor para ti, hijo;
quiero que lleves en tu corazón el amor del mundo, así serás un buen hombre y sabrás que a una mujer se le ama y se le respeta.
Te enseñaré a mirar con los ojos del corazón, así podrás distinguir el bien del mal. Quiero que seas mi orgullo, pues un día crecerás y tendrás tu propia vida, mientras tanto, déjame abrazarte y amarte como a nada en el mundo…
Un día te irás a formar tu familia y quiero que todos estén orgullosos de ti, que des el mismo amor que te fue entregado. Así seremos una familia que se formó bajo las normas de una vida feliz y llena de amor, para dar y repartir.
Hijo mío, sólo te pido que cuando ya tengas tu propia vida, seas leal a tus principios, nunca te alejes del conocimiento que te he dado, respeta a todos aunque no estés de acuerdo, tú sabrás lo que es bueno y malo para tu vida, sé bueno, haz que me sienta orgullosa de ser tu madre, por mi parte yo lo estoy desde antes que nacieras.
wuauuuu me has hecho llorar
ReplyDeleteese amor que se denuestra al escribir
me hace recorda que soy asi con mi retoño
muy belo mensaje