Saturday, May 24, 2014

Lo que queda después del sufrimiento.....


Después de un pasado, de un momento de amargura, un desamor, una traición…
Después de una lágrima y una sonrisa, de un momento de felicidad…
Después de una caída o de una dejadez…
Después de todo, aún queda algo.
Queda la satisfacción.
Sí, la satisfacción de lo aprendido.
La satisfacción de haber conocido a personas que ya no están junto a ti, pero que dejaron una huella en ti.
La satisfacción de haber aprendido y perdonado cuando ya no hay nada más que hacer.
La satisfacción de haber descubierto tu potencial, pero sin dejar lo mas importante atrás.
La satisfacción de vivir una vida que se va en cuestión de segundos… y que esos segundos estén

llenos de felicidad, de aprendizaje, de ocio, de reír, de llorar, de caer y de levantarse para hacerlo mejor.
Y es que, las personas, los momentos débiles, los momentos felices, los que se fueron de tu corazón y los que hoy permanecen… todos aportan algo a tu vida.
Nos queda el haber vencido a nuestros miedos y no temer, el sacar lo que llevamos dentro y el ser capaces de romper barreras.
Vivir, sí… haciendo lo que nuestro corazón desee, pero sin jugar con los valores que nos formaron, sin traicionar quienes somos.
Vivir agradecidas a Dios por cada día que nos da.¸

Friday, May 23, 2014

Los hombres y mujeres no somos enemigos




Las mujeres y los hombres no somos enemigos, al contrario, somos compañeros de vida. Si por la razón que sea, me mordió un perro, no diré “no me gustan los perros y a todos los odio y temo”, de igual manera, si un hombre te hizo un daño terrible, no generalizarás diciendo: “No quiero a los hombres, todos son malos, todos son iguales”.

En cierto modo, los hombres y mujeres somos iguales.
No hay necesidad de llegar a extremos, al igual que la mujer sufre, se ilusiona, se enamora, confía, ríe y llora… los hombres también pasan por eso. Puede haber quien lo dude, y que cuestionando estas palabras prefiera creer lo contrario, que por su mala experiencia con los hombres, se atreva a decir que todos son malvados, crueles, irascibles, creídos y machistas…
Pero no sería correcto condenar a todos los hombres por aquellos que te trataron mal; si bien es cierto que habrá muchos más con dichas características negativas, no se les puede poner a todos en el mismo saco. Hombres y mujeres todos somos seres humanos, podemos tener las mismas virtudes y los mismos defectos. Los humanos somos imperfectos, únicos y diferentes unos de otros. Así como hay hombres que le hacen la vida desdichada a las mujeres, también hay mujeres
Las malas experiencias provocan odiar
El odio y el rencor envenenan el alma, nos roban momentos de felicidad y provocan daños en la salud. Pero si a alguien vas a odiar, odia a quien personalmente te dañó, a quien con tus sentimientos jugó, a quien la vida te destrozó… no seas extremista y odies a todos los hombres por igual.

Tanto hombres como mujeres, somos compañeros de vida y también en muchas ocasiones somos compañeros del mismo dolor.
La mujer que ha sufrido maltrato, desprecio, ofensa, traición o vejación no es porque se relacionase con un hombre, sino que fue con el hombre equivocado.

Di adiós al causante, no al género del causante.
Mujer, si un hombre no te trata con el respeto que mereces, déjalo ir, no vale la pena seguir con él, pues tarde o temprano te hará sufrir. Ese hombre no te conviene, hay más como él, pero también otros diferentes a él.
Las mujeres están capacitadas para recuperarse de las caídas, por duras que éstas puedan ser. Culpar a todos los hombres por igual es no levantarse ni recuperarse para ver el mundo real, aquel en que hombres y mujeres pueden llevarse bien.
Mujeres y hombres, no abramos brechas entre nosotros, al contrario unámonos cada vez más.
Dejemos en el pasado nuestros miedos y la ignorancia de temer y vernos los unos a los otros como enemigos, pues no lo somos. Ambos somos humanos y nos necesitamos unos a los otros.


Autor: J.L.

Thursday, May 22, 2014

"EL CAMINO DE LAS LÁGRIMAS"



Soñamos que vivimos un amor eterno y un día nos despertamos frente a una realidad:

Ya no nos aman... ¿Por qué?

Amar tambien implica correr riesgo, y cuando se ama en verdad se sufre, y como nos cuesta soltar aquello que amamos...

Dejar ir, soltar, esa es la clave y no es fácil porque duele.

Seguir llorando aquello que no tengo me impide disfrutar esto que tengo ahora.

Aprender a enfrentarse con el tema de la pérdida es aceptar vivir el duelo, saber que aquello que era
es aquello que era y que ya no es más o por lo menos que ya no es lo mismo que era.

De hecho nunca es lo mismo.

Cuando yo me doy cuenta de que algo ha muerto, de que algo está terminado, ese es un buen momento para soltar. Cuando ya no sirve, cuando ya no cumple, cuando ya no es, es tiempo de soltar.

Lo que seguro no voy hacer, si te amo de verdad, es querer retenerte. Lo que seguro no voy a hacer es tratar de engancharte, si es verdad que te amo.

Te amo a tí ...

¿O amo la comodidad de que estés al lado mío?
¿estoy relacionado contigo, individuo o persona?,
¿O estoy relacionado con mi idea de que ya te encontré y no quiero salir a buscar a más nadie?

No te atrapo, no te agarro, no te aferro, no te aprisiono.

Y no te dejo ir porque no me importes,

"te dejo ir porque me importas."


Autor: Jorge Bucay

Wednesday, May 21, 2014

Lejos de ti amor ღ {poema de amor que esta lejos.}


Hoy estás lejos de mí
y todo lo que me rodea es soledad... es tristeza,
por eso me gustaría que estas letras locas
lleguen a ti para calmar esta pena de amor.
Te amo y no entiendo por qué debemos estar lejos ,
leo tus mensajes, tú lees mis poemas
y mi pobre corazón llora
por no decirte a la cara lo que yo siento;
Te extraño tanto, que duele este amor...
Lejos de mí,
comprendo que no soy nada sin ti,
me arropo con tu recuerdo
y me acuesto pensando qué será de ti...
¿Me extrañas como yo a ti?
Sé que me amas,
porque eres un ser transparente,
y no dudo de tu amor... sólo que hoy
te extraño un poco más, y mis ansias afloran
cuando te nombro en voz baja
para que nadie se entere
de lo que tú me haces sentir...
Quiero esta noche hablarte amor,
decirte lo que sucede con mi corazón,
eres tú el ser que me sabe escuchar
porque me conoces y sabes
que todos los versos que escriba
serán para decirte cuánto te amo,
cuánto deseo al fin estrecharte,
y escuchar tu linda risa que me regalas
cuando puedo escuchar tu voz.
Comprende que sólo deseo decirte en poemas
que esta lejanía me hace recordarte con penas
por no besar tus labios que tanto anhelo,
amor mío, no te olvido...
esta lejanía sólo me acerca más a ti.
(Mi trabajo es recordarte y me gusta que sea así)

Tuesday, May 20, 2014

¿Que cuántos años tengo?



¡Qué importa eso!
¡Tengo los años que siento!
Estoy en la edad en que puedo:
Gritar sin miedo lo que pienso...
Hacer lo que deseo, sin miedo al fracaso, o lo desconocido...
Pues tengo la experiencia de los años vividos y la fuerza de la convicción de mis deseos.
¡Qué importa cuántos años tengo!
¡No quiero pensar en ello!
Pues unos dicen que ya soy viejo, y otras que estoy en el apogeo.
Pero no es la edad que tengo, ni lo que la gente dice, sino lo que mi corazón siente y mi cerebro dicte.
Tengo los años necesarios
para gritar lo que pienso,
para hacer lo que quiero,
para reconocer yerros viejos,
rectificar caminos y atesorar éxitos.
Ahora no tienen porqué decir:
¡Estás muy joven, no lo lograrás!
¡Estás muy viejo, ya no podrás!
Tengo la edad en que las cosas se miran con más calma, pero con el interés de seguir creciendo.
Tengo los años en que los sueños,
se empiezan a acariciar con los dedos
y las ilusiones se convierten en esperanza.
Tengo los años en que el amor a veces es una loca llamarada,
ansiosa de consumirse en el fuego de una pasión deseada.
Y otras es un remanso de paz, como el atardecer en la playa.
¿Qué cuantos años tengo?
No necesito con un número marcar, pues mis anhelos alcanzados, mis triunfos obtenidos, las lágrimas que por el camino derramé al ver mis ilusiones truncadas...
¡Valen mucho más que eso!
¡Qué importa si cumplo cuarenta, cincuenta o sesenta!
Pues lo que importa: ¡Es la edad que siento!
Tengo los años que necesito para vivir libre y sin miedos.
Para seguir sin temor por el sendero, pues llevo conmigo la experiencia adquirida y la fuerza de mis anhelos.
¿Qué cuantos años tengo?
¡Eso a quien le importa!
Tengo los años necesarios para perder el miedo
y hacer lo que quiero y siento.


© Autor: José Saramago

Sunday, May 18, 2014

Desde mi Cruz a mi Soledad


Te escribo desde mi cruz a tu soledad, a ti que tantas veces me miraste sin verme y me oíste sin escucharme.
A ti, que tantas veces prometiste seguirme de cerca y sin saber por qué te distanciaste de las huellas que dejé en el mundo para que no te perdieras.
A ti, que no siempre crees que estoy contigo, que me buscas sin hallarme y que a veces pierdes la fe mientras tratas de encontrarme.
A ti, que a veces piensas que soy un recuerdo y no comprendes que estoy vivo. Yo soy el principio y el fin, soy el camino para no desviarte, la verdad para que no te equivoques y la vida para no morir.
Mi tema preferido es el amor. Esa fue mi razón para vivir y para morir. Yo fui libre hasta el fin, tuve un ideal claro y lo defendí con mi sangre para salvarte. Fui maestro y siervo, soy sensible a la amistad y hace tiempo que espero que me brindes la tuya. Nadie como yo conoce tus sentimientos, tus pensamientos, tu proceder y sé muy bien lo que vales.
Sé que quizás tu vida te parezca pobre a los ojos del mundo, pero Yo sé que tienes mucho para dar, y estoy seguro que dentro de tu corazón hay un tesoro escondido; conócete a ti mismo y me harás un lugar a mí.
Si supieras cuánto hace que golpeo las puertas de tu corazón y no recibo respuesta. A veces también me duele que me ignores y que me condenes como Pilatos, que me niegues como Pedro y que me traiciones como Judas.
Y hoy, te pido paciencia para con tus padres, amor para tu pareja, responsabilidad para con tus hijos, tolerancia para los ancianos, comprensión con todos tus hermanos, compasión para el que sufre y que les sirvas a todos.
Quisiera no volver a verte egoísta, orgulloso, rebelde, disconforme, y pesimista.
Desearía que tu vida fuera alegre, siempre joven y decente. Cada vez que sientas debilidad, búscame y me encontrarás; cada vez que te sientas cansado, háblame, cuéntame. Cada vez que creas que no sirves para nada no te deprimas, no te creas poca cosa, no olvides que yo necesité un asno para entrar en Jerusalén, como necesito de tu pequeñez para entrar en el alma de tu prójimo.
Cada vez que te sientas solo en el camino, no olvides que estoy contigo.
No te canses de pedirme, que yo no me voy a cansar de darte, no te canses de seguirme que yo no me cansaré de acompañarte, nunca te dejaré solo.
Aquí a tu lado me tienes, aquí estoy para ayudarte.
Te quiero mucho, tu amigo:
Jesús