Thursday, July 24, 2014

Mi alma hablo




Mi alma me hablo y me enseño a amar lo que el pueblo aborrece y a proteger lo que denigra. Mi alma me mostró que el amor se enorgullece no sólo del ser que ama sino sino también del amado.
Antes de que mi alma me hablara, en mi corazón el amor era como una delgada cuerda ajustada entre dos clavijas pero ahora el amor se ha transformado en un halo cuyo comienzo es el final y cuyo final es su comienzo.
Rodea a todos los seres y se difunde lentamente hasta abrazar todo lo que existe. Mi alma me advirtió y me hizo percibir la belleza oculta de la piel, de la forma y del matiz. Me enseño a meditar sobre lo que la gente llama feo hasta que aparece su verdadero encanto y deleite.
Antes de que mi alma me aconsejara, para mí la belleza era una antorcha temblorosa entre columnas de humo. Ahora que se desvaneció el humo no veo sino la llama.
Mi alma me habló y me hizo oir voces que no pronuncian la lengua, la laringe ni los labios. Antes de que mi alma me hablara yo no oía mas que gritos y gemidos. Pero ahora, ansiosamente puedo oír el silencio y escucho sus coros cantando los himnos de los tiempos y los cánticos del firmamento, que anuncian los secretos de lo oculto.


Wednesday, July 23, 2014

Susurrando tu nombre

 Mi corazón triste palpita al recordar tus ojos,
melancólica voy susurrando tu nombre
para saber si en algún lejano lugar me piensas,
me sientes, ya mis ojos se han secado de tanto llorarte.
(Mi corazón palpita triste cuando pienso en tus ojos
melancólica digo tu nombre para ver si tu corazón
en algún lugar lejano me piensas, o me sientes,
mis ojos se han secado de tanto llorarte.)
Me quedo callada cuando tu olor llega hasta mi lugar,
¡ te extraño tanto ! que mi alma se sacude de dolor
al sentirte tan lejos de mis besos
y mis primaveras ya no tienen los colores del arco iris,
porque son los inviernos los que se alojan en mí.
- Desde que te has ido -
Lejos te encuentras y aún así te puedo sentir en mis noches,
cuando las tormentas vienen a mi mente, te necesito, esa voz clara,
esa voz que trae paz a mi corazón, tus ojos transparentes
los necesito, esas palabras que no he vuelto oír,
siento que mi corazón se detiene, cuando tu recuerdo viene.
Ya mis letras son tristes de tanta ausencia...
Ven, escucha como el viento lleva mi voz.


Tuesday, July 22, 2014

Carta a mi amiga y hermana del alma

Querida amiga:
Siempre me ha parecido poco decir gracias, sin embargo, no logro encontrar otra palabra que se acerque a lo que de todo corazón te quiero expresar. Por eso hoy te digo GRACIAS, gracias por tu amistad, por tu apoyo y comprensión. Gracias porque siempre puedo contar contigo, gracias porque sé que estarás disponible para lo que necesite. Gracias porque puedo confiar en ti.
Perdóname por mis silencios pasados, y perdóname también por los futuros silencios, pero comprende que muchas veces se dice más sin palabras que toman forma en la distancia; puede que algunas veces reprima todo lo que quisiera decir por temor a que mis palabras se estrellen con muros del inclemente silencio que hasta ese momento he llevado…
Son muchas las cosas por las que hemos pasado y vendrán muchas cosas más, algunas buenas otras no tanto, pero sé que la vida hará imperecedera esta amistad que nació de la sinceridad, de lágrimas y de risas compartidas en la distancia.
Pero es precisamente en la distancia que hemos aprendido que dos amigas son dos almas que juntas aprenden lo que es la solidaridad, la alegría y la tristeza. Déjame ser tu fortaleza cuando la tuya te falle, déjame ser alegría en tu tristeza, y déjame ser presencia en tu soledad. Déjame también ser el recuerdo cuando el olvido te invada, déjame tenerte en mi corazón, y déjame ser la plegaria que se eleva a los confines de los cielos por tu felicidad.
Amiga del alma, hermana de mi corazón, cierra tus ojos y pide en oración por tus anhelos y deseos, yo haré lo mismo por ti, esperando que Dios responda haciéndose cumplir los ruegos de esta oración. Te quiero amiga, tu sabes cuánto, pero si acaso alguna vez se te olvida… déjame decírtelo una vez más: Te quiero amiga mía, gracias por ser mi compañera en la distancia, mi buena amiga.

Sunday, July 20, 2014

Las oportunidades que te da la vida

Muchas veces por no tomar riesgos dejamos pasar muchas cosas, entre ellas el amor, la familia, e incluso la iglesia; y todo porque ese día no nos apetece, porque tenemos pereza, o no tenemos tiempo…
Siempre existe una razón para dejar pasar las oportunidades que nos concede la vida:
Cuando conoces a una persona que te gusta, pero no lo dices, pensando y esperando que llegue un momento mejor para hablar con aquel ser… pero un día cualquiera te das cuenta que ya no está disponible, le has visto con otra persona y te enojas porque no eres tú quien pasea de su brazo, porque esa persona se ve feliz y tú no. Tuviste la oportunidad y la perdiste, no todas las cosas giran en nuestro torno, todo tiene su tiempo.
Cuando te ofrecen un trabajo pero no te gusta, es muy poco para ti o está lejos de tu casa. No lo piensas y lo dejas pasar, pero te está costando encontrar un trabajo para ti y tus hijos, o simplemente para que puedas vivir por tu cuenta, independientemente. Recorres días completos y nada, no encuentras trabajo; vuelves a lo que ya habías visto, pero la plaza laboral que antes te ofrecieron ya ha sido ocupada. ¿Por qué no lo tomaste? Desde ese trabajo podías haber ampliado tus horizontes y quizás con algo en las manos tendrías una mejor oportunidad para encontrar otras cosas, pero no, has dejado escapar la oportunidad.
Cuando no te sientes bien con algún familiar y te duele mucho que no te reconozcan en nada: Sientes poco cariño y aprecio por parte de la familia, y en tu orgullo dañado no eres capaz de ir y mostrar amor a quien te está tratando mal. No tienes fuerzas para pagar con bien el mal, ¿pero cómo vamos hacer eso? Sería denigrante. Y cuando por fin decides ir a ver tu familia, ya no puedes, ha pasado tanto tiempo que en vez de acercarse a ti se han alejado mucho más porque nunca estabas presente en los eventos importantes de la familia (fallecimientos, cumpleaños, aniversarios, fiestas, etc.) Ya es tarde, nadie está dispuesto a dejarse atropellar por ti, pues estás tan alto que difícilmente ves lo que está por debajo de ti. Has vuelto a dejar pasar la oportunidad de estar con tu familia y ser feliz con ellos.
Cuando tienes algo bueno ante tus ojos, y no la aprecias hasta que falta. Pasas y ves hermosas flores, el campo te muestra una gran variedad de cosas hermosas que son una bendición para los ojos, pero estás tan sumida en tus pensamientos, tan deprimida, tan amargada, que no te das cuenta de las maravillas que Dios te muestra. La próxima vez que vuelvas al campo las flores ya no estarán, los coloridos campos verdes se vuelve de un solo color, monótono y apagado porque llega el invierno; sólo verás soledad y tristezas en el paisaje y recordarás las veces que pasaste por allí sin pararte a respirar y disfrutar de tanta belleza que Dios había puesto ante tus ojos, has vuelto a dejar pasar la oportunidad.
Cuando tienes hijos, pero tiempo productivo con ellos. Te dedicas tanto tiempo a trabajar, a estar con las amistades, a salir de fiestas y disfrutar la vida, que cuando llegas a casa ya todos duermen, y casi no les ves. Cuando te das cuenta están tan grandes que ya no los puedes controlar. Te has perdido unos buenos años de crecimiento en los que el aprendizaje de los principios morales y de la buena conducta son muy importantes, pero se te escapó de las manos. Hoy tus hijos tienen vida propia y te critican todo el tiempo por no haber estado. Has vuelto a dejar escapar la oportunidad de ver a tus hijos moldeados a tu manera.
No dejemos escapar los momentos que Dios nos regala en la vida, toma tu tiempo para todo, piensa lo que harás en la vida, no dejes escapar las cosas de tus manos. Las oportunidades muchas veces se presentan una sola vez en la vida, y si no tienes la sabiduría de verlo lo habrás perdido todo.
Dios nos da muchas oportunidades, pero eso no quiere decir que todo lo que deseemos estará siempre disponible. Así es en la vida, se nos presentan oportunidades y las dejamos ir, y cuando queremos remediarlo ya es demasiado tarde.