Thursday, May 16, 2019

Deja

Deja de creer que salvas vidas.

Deja de pensar que nada se mueve si tú no lo coordinas.

Deja de pensar que tus hijos no serán nada sin ti.

Deja de sacrificar tu existencia única por todos..

Cuando un día ya no estés, alguien más reemplazará tu lugar, recuerda que todos somos reemplazables.

No eres tan importante para la vida de los demás como crees.

El cosmos te hizo responsable de una sola persona, y es a la que tienes siempre al final de la lista, a la que más ignoras, y a la que menos tratas de complacer...

Y esa persona eres tu mismo.

Suelta todo, quítate los perjuicios, esas cargas , esas máscaras!!!

y se tú mismo desde tu alma y tu ser...

Hoy simplemente disfruta de ti al máximo... !










Wednesday, May 15, 2019

El mañana no es seguro

El mañana no es seguro
La muerte puede sorprendernos en cualquier momento, incluso ahora. Tal vez tu corazón se detenga mientras estás leyendo esto (no quiero asustarte, solo quiero que tomemos conciencia)….
¿Estás preparado para irte en este instante? ¿Tienes algo pendiente?
¿Ya hiciste todo aquello que quieres? O ¿has estado muy ocupado en cosas “importantes” que ni siquiera has podido tomar una pausa para pensar en lo que quieres hacer con tu vida y tomar el camino correcto?
¿Hay algo que le dirías a alguien ahora mismo antes de partir?… ¿Si? ¿Cuándo lo vas a hacer?
A veces le damos demasiada importancia a cosas vanas y que carecen de sentido.
Es normal ver cómo dos personas discuten, pelean y se distancian por cosas tan simples que a veces llegan a olvidar las razones que originaron el problema.
Le damos mucha importancia a nuestra existencia y tenemos el ego humano por los cielos, pero la verdad es que la vida es frágil.

Vida solo hay una

Vida solo es una
No importa si crees o no que tendrás una vida después de la muerte. La verdad es que para todos, sin excepción, la vida es solo una.
Piénsalo, si tuviste otra vida antes que está, ahora no lo recuerdas y si tendrás otra vida después tampoco lo recordaras. Es por eso que sean cuales sean tus creencias sobre este tema, tu vida solo es ésta y tendrá un fin tarde o temprano.
Entonces es aquí cuando me pregunto ¿Por qué parece que vivimos como si nuestra vida nunca fuese a terminar?
Todos compartimos el mismo destino desde que nacemos, es una realidad inevitable (hasta el momento). Sin embargo, la mayoría de nosotros no somos conscientes de ello.
Sabemos que un día vamos morir pero preferimos pensar que será en un futuro lejano. Esto sin mencionar que conforme envejeces parece que el tiempo vuela y aun así no hacemos nada al respecto.
Vivimos como si nuestra vida nunca fuese a terminar.


Tuesday, May 14, 2019

Como afrontar la muerte de un ser querido

La muerte de un ser querido puede se una de las cosas que más nos marque en nuestra vida. También la de una mascota. Recuerdo cuando de niño tenía a mi perro “scrappy”. Era un perro callejero que conocí cuando iba a la primaria. 
Me dio lástima, el me seguía. Le di comida y diario a la salida de la escuela, regreso a casa, me esperaba feliz por la comida que pudiera darle.
Era cosa de todos los días jugar con el un poco. Pero al conserje del edifico no le gustaba que yo y mis amigos jugáramos con el, porque podría contagiarnos de rabia. Varias veces salía amenazando con una escopeta cada vez que nos veía con el. 
No creí que cumpliera sus amenazas. Pero cierto día, muy de mañana…
Escuché un disparo de escopeta y un ladrido de perro. Jamás volví a ver a scrappy. Nunca supimos que había pasado, pero resultaba obvio que había sido.
Enfrentar la muerte de nuestras mascotas, nos prepara para la muerte de nuestros padres, familiares y amigos.
Puede no gustarnos, pero negarla, es como no aceptar la existencia del día y de la noche, del nacimiento, crecimiento y muerte, como parte del proceso natural de la vida…
Puede que sientas dolor por la perdida de un ser querido y más si fue por circunstancias injustas, como un asalto, etc.
Cuando se me acercó una señora en una de mis conferencias, acerca de su hijo que fue secuestrado y asesinado, que era un excelente hijo y que era injusto, le respondí:
Que la justicia no existe. Solo como un concepto intelectual. Pero que en la realidad muchas veces no existe. Que por otra parte, le había ahorrado ella un sufrimiento a su hijo…
¿Queeee? Si. Si ella hubiera muerto primero, su hijo es el que estaría sufriendo por ella.
También le dije ¿A usted cree que le gustaría a su hijo, verla inmovilizada y triste por su muerte? ¡Claro que no!
Le decía: “A él, le gustaría que usted lo guarde en su corazón y sus recuerdos como algo hermoso. Y le encantaría verla viviendo con plenitud su vida, por lo que él ya no puede hacer”.
Hay una enorme vanidad por llorar por seres que tarde o temprano vamos a alcanzar. Todos vamos a la tumba. Solo unos antes que otros. Nadie sabe que hay en ella. Muchos dicen que hay otra vida. Unos, un infierno de fuego. Otros, un paraíso.
Algunas religiones prometen que todos los muertos serán revividos un día, para ser juzgados por el Ser Supremo.
En tal caso ¿para que llorar si los vamos a encontrar otra vez? No tiene sentido ¿verdad?
Como llorar por un amigo que va de viaje y regresa en dos semanas no tiene sentido, tampoco lo tiene por alguien que solo emprendió un viaje más largo y que veremos otra vez.
¿Y si no fuera cierto Edgar? La energía no se crea ni se destruye… solo se transforma. Si nada de lo que dicen las religiones y el esoterismo acerca de la muerte es cierto, significa que en la muerte no hay nada, y que la energía de los seres que ya no están con nosotros, simplemente se ha transformado. Su energía aún sigue con nosotros. Energéticamente aún están vivos.
Así como el agua se evapora y se hace nube, esta se convierte en lluvia y cae en los mares, el agua no se destruye, solo se transforma.
Entonces, no hay que llorar ni paralizarse con la partida de alguien. Quédate con las rosas y días de Sol de los momentos vividos, atesóralo como lo mejor que te dio esa persona. Date un período de duelo para llorar tu perdida… y después, salta a la vida, con toda tu energía, con todo tu amor.
El ocio, es la madre de todas las depresiones. Ayuda a otros es una forma de recuperarse rápido de estas pérdidas.
Así que comprende que no tiene sentido paralizarse por la partida de alguien. Pasa un periodo asimilando tu perdida. Si es necesario, imagina que estás platicando con esa persona y le dices cuanto la amaste. Imagínate que estás dialogando con ella. Deja que la imagen cobre vida y te responda. Las personas que les he sugerido este ejercicio, me dicen que su experiencia ha sido increíble, que casi podían asegurar que esa persona estaba viva, y se sienten mejor, porque pueden desahogarse.
Después, comparte tu dolor con alguien de tu entera confianza. Y regresa a vivir con toda tu intensidad ¡con todo tu amor!

Padres

Hay padres biológicos, cuyos hijos llevan su sangre, y {papás del corazón como el mio}, que brindan un amor paternal tan válido e incomparable como el de quienes engendraron a sus hijos.

Un verdadero padre es aquel que hace lo imposible para que a sus hijos no les falte nada. Es aquel que los protege durante su infancia, los aconseja en su adolescencia y juventud, y los acompaña en su adultez.

Un buen padre sabe decir que no y entiende que satisfacer todos los caprichos de sus hijos es hacerles un mal. Los hijos, por lo tanto, debe saber reconocer lo que hizo, hace y hará su padre para lograr su bienestar.


El sabio y el joven Frustrado

El Sabio y el Joven Frustrado


Érase una vez un joven que acudió a un sabio en busca de ayuda.
-Vengo, maestro, porque me siento tan poca cosa que no tengo ganas de hacer nada. Me dicen que no sirvo, que no hago nada bien, que soy torpe y bastante tonto. ¿Cómo puedo mejorar? ¿Qué puedo hacer para que me valoren más?
El maestro, sin mirarlo, le dijo:
-Cuánto lo siento, muchacho. No puedo ayudarte, ya que debo resolver primero mi propio problema. Quizá después…- Y, haciendo una pausa, agregó: – Si quisieras ayudarme tú a mí, yo podría resolver este tema con más rapidez y después tal vez te pueda ayudar.El muchacho se sintió nuevamente desvalorizado, pero aceptó la oferta.
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El sabio se quitó un anillo que llevaba en el dedo meñique de la mano izquierda y, dándoselo al muchacho dijo:
-Toma el caballo que está ahí fuera y cabalga hasta el mercado. Debo vender este anillo porque tengo que pagar una deuda. Es necesario que obtengas por él la mayor suma posible, y no aceptes menos de una moneda de oro.
El joven tomó el anillo y partió. Apenas llegó al mercado, empezó a ofrecer el anillo a los mercaderes, que lo miraban con algo de interés hasta que el joven decía lo que pedía por él.
Cuando el muchacho mencionaba la moneda de oro, algunos reían, otros le giraban la cara y tan sólo un anciano fue lo bastante amable como para tomarse la molestia de explicarle que una moneda de oro era demasiado valiosa como para entregarla a cambio de un anillo. Con afán de ayudar, alguien le ofreció una moneda, pero el joven tenía instrucciones de no aceptar menos de una moneda de oro y rechazó la oferta.
Después de ofrecer la joya a todas las personas que se cruzaron con él en el mercado, que fueron más de cien, y abatido por su fracaso, montó el caballo y regresó.
Cuánto hubiera deseado el joven tener una moneda de oro para entregársela al maestro y liberarlo de su preocupación, para poder recibir al fin su consejo y ayuda.
Entró en la habitación.
-Maestro –dijo el joven-, lo siento, no es posible conseguir lo que me pides. Quizás hubiera podido conseguir dos o tres monedas de plata, pero no creo que yo pueda engañar a nadie respecto del verdadero valor del anillo.
-Eso que has dicho es muy importante, joven amigo -contestó sonriente el maestro-. Debemos conocer primero el verdadero valor del anillo. Vuelve a montar el caballo y ve a ver al joyero. ¿Quién mejor que él puede saberlo? Dile que desearías vender el anillo y pregúntale cuánto te da por él. Pero no importa lo que te ofrezca: no se lo vendas. Vuelve aquí con mi anillo.
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El joven volvió a cabalgar hasta llegar con el joyero, quien examinó el anillo a la luz del candil, lo miró con su lupa y le explicó al chico:
-Dile al maestro, muchacho, que si lo quiere vender ya mismo, no puedo darle más de cincuenta y ocho monedas de oro por su anillo.
-¡¿Cincuenta y ocho monedas?! -exclamó el joven.
-Sí -replicó el joyero-. Si no le urge, en una semana podría darle setenta monedas.
El joven corrió emocionado a casa del maestro a contarle lo sucedido.
-Siéntate -dijo el maestro después de escucharlo-. Tú eres como ese anillo: una joya, valiosa y única. Y como tal, sólo puede evaluarte un verdadero experto. ¿Por qué vas por la vida pretendiendo que cualquiera descubra tu verdadero valor?
Espero que está reflexión te ayude a darte cuenta te tu propio valor.
No debes preocuparte por lo que opinan los demás, ya que cada persona es única, y si no saben valorarte es porque no son las personas adecuadas para hacerlo.