Cuando la duda invada nuestra alma,
levantemos el corazón...!
Cuando las ofensas y calumnias hieran nuestro espíritu,
no nos lamentemos, no nos dejemos deprimir por el sufrimiento,
pidamos la ayuda y guia de Dios, recordemos que todos tenemos defectos,
todos cometemos errores, todos en algún momento hablamos locamente sin
medir las consecuencias de las huellas que dejarán nuestras palabras,
nuestros actos.
La mejor solución es pensar, analizar, respirar profundo,
tragarnos nuestro orgullo y pedir perdón.
No dejemos perder una bonita amistad, un lindo amor, por orgullo,
por no hablar a tiempo, cuantas soledades, cuantos sufrimientos,
cuantos malos entendidos solo por no bajar un poco la cabeza,
y dejar ver nuestro corazón.
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